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TUS PALABRAS
CREAN TU REALIDAD

José Santos Nalda, Natalia Nalda y Pablo Nalda

TUS PALABRAS
CREAN TU REALIDAD

Prologo

«Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree».

Paulo Coelho

El descubrimiento de la importancia, la influencia y el alcance de las palabras que pronunciamos a diario ha sido el motivo que nos ha impulsado a leer y a reflexionar sobre lo que han comentado otras personas en torno a lo que decimos habitualmente y a escribir de la manera más sencilla y asequible nuestra propia visión del tema.

Creemos que el hecho de saber que las palabras pronunciadas describen y crean la propia realidad de cada persona constituye el punto de partida para aprender a hablar de manera inteligente, evitando todo aquello que puede dañar por el uso de un vocabulario inapropiado.

Los experimentos realizados por especialistas mediante el uso de la tecnología más avanzada han mostrado las reacciones bioquímicas de las diferentes áreas comprometidas con el lenguaje y el pensamiento cuando la persona está hablando o pensando.

El lenguaje describe y crea la realidad que nos rodea y tiene un poder inmediato sobre las emociones que despierta y los actos que puede inducir a realizar, porque cuando hablamos suceden cosas, y cuando callamos suceden otras.

El mundo solo puede ser aprehendido a través de los sentidos y del pensamiento, y el pensamiento necesita forzosamente expresarse a través de palabras. Por tanto tenemos en el lenguaje una herramienta poderosa para construir y diseñar nuestro mundo y nuestra vida.

Los sabios de la antigüedad enseñaban que se puede programar la trayectoria biológica del cuerpo a través de las palabras y el pensamiento, y tal afirmación ha sido confirmada en la actualidad por los investigadores rusos, que han comprobado como el ADN puede ser influenciado y reprogramado por medio de la música, el lenguaje y ciertas frecuencias sonoras.

La utilidad práctica de este libro reside en el aprendizaje fácil e inmediato de cómo se debe hablar para obtener todos los beneficios del lenguaje y evitar todos los daños que puede acarrear el mal uso del mismo.

Cada persona es responsable de las cosas buenas o malas que acontecen en su vida, según piense y se exprese de una manera u otra; esta es la razón por la cual creemos que este libro ayudará al lector a percatarse de la influencia y el impacto que tienen sus palabras, tanto para él mismo como para las personas con las que se relaciona.

Alguien ha dicho que «tus palabras se convierten en la casa donde vives». No debemos olvidar que todo lo que decimos deja una huella en nosotros y en los demás, al tiempo que ejerce un efecto positivo o negativo en el que habla y en el que escucha. Por eso conviene acostumbrarse a usar palabras que ayuden, animen, tranquilicen, consuelen y despierten lo mejor que hay en cada persona.

Nos sentiremos satisfechos de haber ofrecido este sencillo manual si el lector cae en la cuenta de la importancia de vigilar siempre su vocabulario y su forma de expresarse.

José Santos Nalda, Natalia Nalda, Pablo Nalda,

marzo 2017

Capitulo 1

la palabra creadora

«Al principio ya existía la palabra, y la palabra era Dios. Todo existió por medio de ella

y sin ella nada existiría de cuanto existe».

Juan 1, 1-3

«Y dijo Dios: ‘hágase la luz’ y hubo luz…»

Génesis 1, 3

La «palabra» o el «verbo» tiene su origen en el vocablo griego logos o rhema, que significa «palabras pronunciadas por una voz viviente».

Como vemos, lo primero fue la palabra, antes de la luz, antes del Universo, antes del hombre; su primer uso estuvo al servicio de la creación nombrando, creando, transformando, y sin ella nada existiría.

En los Vedas de la religión hindú (1500 años a. C.) se lee: «Y al principio fue Brahma con quien estaba la palabra…» y añaden que todo fue creado por la energía del sonido «OM».

La palabra Veda significa verdad, conoce.

Como la palabra es sonido manifestado, podemos entender que el Universo fue creado por medio del poder del sonido, y la ciencia actual confirma que todo cuanto existe es sonido actuando en diferentes frecuencias.

Según el diccionario, el significado de «palabra» es: «sonido o conjunto de sonidos articulados que expresan una idea». El verbo es una palabra, la palabra vibra, la vibración es movimiento, el movimiento es energía, y con esta energía comenzó todo.

La creencia de que el Universo fue creado por el poder de la palabra no se limita a la tradición cristiana o a la hindú, sino que se encuentra en los relatos de las más diversas culturas de la remota antigüedad.

La mayor parte de las civilizaciones antiguas han utilizado el sonido como fuerza curativa, partiendo de la convicción de que su energía es poderosamente transformadora y sanadora.

Así, los mayas, en su Popul Vhul o Libro del Consejo, nos dicen que los hombres fueron creados con el poder de la palabra.

En la antigua Grecia había templos donde sanaban a las personas por medio del sonido de ciertos cantos o palabras.

Pitágoras (siglo VI a. C.) utilizaba la música y el sonido para sanar enfermos. En La Ilíada y La Odisea ciertos personajes utilizan los «ensalmos» o «conjuros» (formas verbales mágicas) con fines terapéuticos.

Los asirios y los babilonios creían que se puede conseguir una fuerza asombrosa conociendo el verdadero nombre de las cosas, y que al pronunciarlos se sería dueño de ella y se la podría transformar.

La tradición mística sufista enseña a utilizar el sonido para sanar algunas dolencias y restablecer el equilibrio psicosomático.

Los budistas tibetanos afirman que cada cosa tiene su propio sonido (o frecuencia vibratoria).

Los taoístas se sirven de los sonidos para equilibrar el estado anímico de las personas y hacer que la energía vital circule por todo el cuerpo.

Los esenios eran conocidos como los hombres de suaves palabras, porque con ellas curaban y calmaban a las personas.

Los israelitas conocieron muy bien el poder de los sonidos, según podemos leer en el Libro de Josué 6, 1-5:

«1Las puertas de Jericó estaban bien aseguradas por temor a los israelitas; nadie podía salir o entrar. 2Pero el Señor le dijo a Josué: «¡He entregado en tus manos a Jericó, y a su rey con sus guerreros! 3Tú y tus soldados marcharán una vez alrededor de la ciudad; así lo harán durante seis días.
4Siete sacerdotes llevarán trompetas hechas de cuernos de carneros, y marcharán frente al arca. El séptimo día ustedes marcharán siete veces alrededor de la ciudad, mientras los sacerdotes tocan las trompetas. 5Cuando todos escuchen el toque de guerra, el pueblo deberá gritar a voz en cuello. Entonces los muros de la ciudad se derrumbarán, y cada uno entrará sin impedimento».

Según el Nuevo Testamento, los apóstoles fueron testigos en muchas ocasiones del poder de la palabra de Jesús, calmando una tormenta de viento y oleaje, sanando enfermos, expulsando demonios, resucitando muertos, etc.

EL PODER DEL SONIDO

«Si quieres descubrir los secretos del Universo piensa en términos de energía, frecuencia, vibración».

Nikola Tesla (1856-1943)
Ingeniero e inventor de origen serbio

Desde los albores mismos de la Humanidad hasta la astrofísica de la era espacial, el hombre se ha esforzado en encontrar una respuesta al origen del mundo, y los descubrimientos científicos más recientes reconocen que el sonido es la llave de la creación del Universo.

Según la física cuántica, toda la materia es sonido y emite sonido, aunque el mismo se encuentre en su mayor parte fuera de nuestro limitado sentido físico de la audición.

Asimismo, cada molécula, célula, tejido, órgano, glándula, hueso y fluido de nuestros cuerpos tiene su propio índice (o coeficiente) de vibración.

La teoría del Big Bang, que pretende explicar cómo se habría originado todo el Universo, fue formulada por el sacerdote católico Georges Lemaitre (Bélgica, 1927) al proponer que todo comenzó a partir de un único átomo primigenio.

La hipótesis de la Gran Explosión afirma que el Universo estaba en un estado de muy alta densidad y luego se expandió. El modelo del Big Bang es hoy ampliamente aceptado por la mayoría de astrofísicos y sostiene que el Universo comenzó a existir bruscamente hace unos 13 700 millones de años, en el momento en que de la «nada», o de algún tipo de energía desconocido, emerge toda la materia existente.

No obstante, esta teoría deja muchas preguntas importantes sin respuesta. Una de ellas es la causa original del mismo Big Bang.

La NASA ha conseguido registrar los sonidos presentes en el Universo y ha podido comprobar que para cada planeta y su entorno estos sonidos son diferentes.

Desde los primeros tiempos de su existencia, el ser humano aprendió a servirse del sonido y de la voz para recibir información de su entorno y para comunicarse con sus semejantes, así como también para sanar, influenciar y transformar el estado de las cosas o de las personas. Su instinto no le engañaba porque hoy sabemos que el sonido es una onda portadora de una intención que puede afectar y reordenar la materia.