Cubierta

101 ideas creativas para MAESTROS

David Merkh y Paulo França

EDITORIAL CLIE
C/ Ferrocarril, 8
08232 VILADECAVALLS
(Barcelona) ESPAÑA
E-mail: libros@clie.es
http://www.clie.es

© 2013 por David Merkh y Paulo França
Publicado por la Editora Hagnos Ltda. avenida Jacinto Júlio, 27 Cep 04815-160, São Paulo, SP, Brasil con el título 101 IDEIAS CRIATIVAS PARA PROFESSORES Esta edición es publicada con autorización por contrato con la Editora Hagnos Ltda.
© 2013 Editorial CLIE

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101 IDEAS CREATIVAS PARA MAESTROS
ISBN: 978-84-8267-842-9
MINISTERIOS CRISTIANOS
Recursos pastorales
Referencia: 224809

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

CÓMO USAR ESTE LIBRO

PARTE 1 PRINCIPIOS PARA EL MAESTRO

El maestro sabio: Comunicación con creatividad y carácter

El Profesor cristiano: Educación verdaderamente cristiana

El maestro creativo: La necesidad de ideas creativas

El Profesor organizado: El plan de clase

El maestro alumno: Sugerencias prácticas para mejorar su enseñanza8

El maestro apropiado: Los 10 mandamientos de la creatividad

El maestro “siempre atento”: Características del alumno10

PARTE 2 SUGERENCIAS DIDÁCTICAS Y DINÁMICAS

CONOCIENDO AL GRUPO

1. Nombre y apellido

2. Bingo

3. Cacería de autógrafos

4. ¿Adivine quién es?

5. Álbum de fotografías

6. Auto-presentación

7. Prendiendo el Fósforo

Pobrecito

Recogiendo datos

CAPTACIONES E INTRODUCCIONES

10. Ahorcado

11. Deletrear

12. Dígalo con mímica

13. Mini dramas

14. Estudio de un caso

15. Citaciones

16. En el “billboard” del éxito

17. Pre-evaluación

18. Lluvia de ideas

19. Acertando el orden

20. ¿Usted qué opina?

21. ¿Quién es Quién?

22. Rompecabezas

23. Fotos o imágenes

24. Votación13

25. Evaluación Crítica14

26. Historias infantiles

27. Oración por Misiones

28. Canto

DINÁMICAS DE ENSEÑANZA

Dramatizar

29. Dramatización/Teatro

30. Monólogo

31. Lectura alternada

32. ¿Qué está mal?

33. Títeres

34. Interpretar el papel

35. Transmisión vía radio (TV)

36. Símbolos

37. “Peregrinando …”

Discutir

38. Entrevista (invitado especial)

39. Panel

40. Foro

41. Debate abierto

42. Tribunal

43. Mesa Redonda

44. Abogado del diablo

45. ¿Usted que haría?

46. Conversación circular18

47. Problema/Solución

Escribir

48. Proverbio del día

49. Parábolas modernas

50. Oraciones

51. Acróstico

52. Poesía

53. Carta

54. Crucigrama

55. Diario (personalidad bíblica)

56. Paráfrasis

57. Periódico antiguo

58. Cánticos originales

59. Canciones modificadas

Investigar

60. Exposición por los alumnos

61. Simposio

62. Estudio bíblico inductivo

63. Con los ojos y con la boca

64. Búsqueda del tesoro en la biblioteca

65. Reseñas

66. Investigación de campo

67. Proyectos creativos

AUDIOVISUALES

68. Franelógrafo

69. Retroproyector

70. Rotafolio

71. Mapas

72. Filminas

73. Vídeos

74. Proyector

75. Tablero

76. Carteleras

77. Mini-Cuadernillo

78. Tablero para evangelismo con pintura

79. Lecciones Objetivas

80. Exhibiciones

81. Grabaciones

REVISIÓN Y RECAPITULACIÓN

82. Sillas Secretas

83. Autódromo

84. Triqui/Ta-te-ti

85. Papa caliente

86. Bingo

87. ¿Quién quiere ser millonario?

88. Peligro

89. Susurro

90. Doble o nada

91. Pregunte usted mismo

92. Alcanzando el corazón

93. Juegos de revisión

94. Escudo22

95. Evaluaciones y pruebas

96. Preparar una prueba

97. Ahora le toca a usted

IDEAS PARA EL CONTROL (DISCIPLINA) EN CLASE23

98. Cambio de ambiente

99. Asientos asignados

100. Oración por los alumnos

101. Otras ideas

PARTE 1
PRINCIPIOS PARA EL MAESTRO

El maestro sabio: Comunicación con creatividad y carácter

Se cuenta la historia de tres personas que viajaban juntas en avión - un programador de computadores, un joven “boy-scout”, y un pastor. En la mitad del vuelo la voz del piloto rompió el silencio diciendo que el avión estaba cayendo. Desdichadamente, sólo había 3 paracaídas para cuatro personas. Fue en ese momento que el piloto salió de la cabina, cogió el primer paracaídas, y dijo: “Tengo una esposa y 3 niños pequeños en casa, y ellos me necesitan,” y saltó del avión. Enseguida el programador de computadores declaró: “¡Soy la persona más inteligente del mundo, y ellos me necesitan!” Cogió el segundo paracaídas y también saltó. Eso dejó solamente al joven “boy-scout” y al pastor. Entonces el pastor, resuelto pero con voz temblorosa, le dijo al joven, “Tengo una vida buena, y sé para donde voy. Coja usted el último paracaídas, y yo me caeré con el avión.” Pero el joven “boy-scout” miró al pastor y respondió, “¡No se preocupe, pastor. El hombre más inteligente del mundo saltó del avión con mi mochila en la espalda!”

Esta historia ilustra la diferencia entre conocimiento y sabiduría. El conocimiento de los hechos no siempre implica saber cómo usarlos en la vida real. Por eso, hay mucha diferencia entre ser un maestro que tiene información, y un maestro que consigue comunicar este contenido por causa del propio carácter y por la enseñanza creativa.

¿Cuáles son las cualidades que distinguen a un maestro “conocedor” y un maestro “sabio”? Es interesante notar que la propia Biblia hace esta distinción. Con palabras sorprendentemente actuales nos enseña que el maestro sabio se preocupa con la comunicación creativa de un contenido que transforma el carácter.

Hace muchos años, el autor del libro de Eclesiastés, llamado “el maestro” o “predicador” en la Biblia, ejemplificaba las tres cualidades esenciales para todos los que presumen enseñar a otros:

“Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor” (Eclesiastés 12:9-11).

Podemos resumir esas cualidades de la siguiente manera:

1. Contenido

2. Comunicación creativa

3. Carácter consecuente

El Maestro sabio: comunica con creatividad

De acuerdo con el ejemplo del “Maestro” en Eclesiastés, el maestro sabio se preocupa no solamente con lo que enseña, sino también cómo lo enseña. Su uso de “proverbios y dichos” significa un esfuerzo para hacer la información abstracta y aparentemente irrelevante (a veces, que cansaba demasiado) en algo práctico, concreto y vivo. Implica la utilización de analogías, comparaciones, historias, anécdotas, estudios de casos y audiovisuales. El “Maestro” enseñaba “de modo agradable e interesante.” No es coincidencia que el más grande Maestro que haya vivido, el Señor Jesús, también enseñaba de esa manera. La Biblia nos dice que “sin parábolas (historias) Jesús no les enseñaba nada” (Mateo 13:34).

El Maestro sabio comunica a través del carácter

Es probable que usted aún recuerde a un maestro creativo que se preocupaba no sólo con el contenido, sino también con su vida. Probablemente fue el carácter de aquel maestro junto con su preocupación con una clase bien dada, que impactó su vida.

La instrucción hecha en un vacío moral acaba siendo una enseñanza inmoral. El maestro en Eclesiastés reconocía muy bien este hecho, pues termina su libro enfatizando la importancia del carácter en la enseñanza y en la vida: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastés 12:13,14). En otras palabras, conocimiento y contenido en sí no son suficientes para influenciar positivamente a las personas. Ser maestro no es simplemente otro ministerio más u otra profesión más. Ser maestro significa abrazar una de las responsabilidades más dignas posibles - formar vidas. El maestro sabio tiene una relación con Dios que transforma su propio carácter y acaba formando el carácter de sus alumnos.

El Nuevo Testamento deja en claro que eso solamente sucede cuando el maestro tiene un encuentro personal con Dios por medio del Señor Jesucristo, que dice “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). (Para saber más sobre cómo tener esa relación íntima - y sabia - con Dios por medio de Cristo, vea el Apéndice 1, “Preguntas y Respuestas sobre la Vida Eterna”).

Felicitaciones a los maestros que se preocupan no sólo con el contenido, sino con la comunicación creativa de lo que saben. Graban en la mente de sus alumnos la información que tanto necesitan. Felicitaciones a los maestros que viven lo que enseñan, y enseñan lo que viven. Graban para siempre en el corazón de sus alumnos el carácter que hace tanta falta en nuestros días. Por causa de ellos, no tenemos que saltar del avión de la vida con una mochila en la espalda.

El maestro sabio:
10 Preguntas que todo maestro debe responder3

El Dr. Robert Choun, Jr., sugiere que el maestro sabio debe responder estas preguntas antes de entrar en el salón de clase:

  1. ¿Cuáles son las metas y objetivos de la lección? (¿Qué es lo que usted quiere que sus alumnos conozcan, sientan y hagan como resultado de la clase?)
  2. ¿Cuántos alumnos habrá en su clase? (Un grupo grande tendrá que ser dividido en grupos más pequeños. ¿Quién va a liderar esos grupos? ¿Dónde trabajarán? ¿Por cuánto tiempo?)
  3. ¿Cuál es el tamaño del salón de clase? (¿Puede ser dividido? ¿Todos los alumnos caben con comodidad? ¿Hay limitaciones físicas? ¿Dónde queda el sanitario?)
  4. ¿Cuánto tiempo tendrá para dirigir la clase? (Tiene que descubrir el tiempo REAL de la clase, además de los ejercicios de apertura, lista de asistencia, avisos, etc.)
  5. ¿Cuáles son los recursos y equipos disponibles? (¿Existe un tablero? ¿Retroproyector? ¿Murales? ¿Rotafolio? ¿Crayolas?)
  6. ¿Cuál es el currículo que está siendo usado por los alumnos? (¿Qué fue lo que los alumnos ya estudiaron? ¿Hasta qué punto han asimilado el contenido de las lecciones anteriores?)
  7. ¿Dónde está el salón de clase? (¿Está en un lugar caliente, que le da el sol directo? ¿Es ventilado? ¿Ruidoso? ¿Cómo manejar los imprevistos?)
  8. ¿Cuál es la edad de los alumnos? (¿La clase es apropiada para las características de esa edad?)
  9. ¿Cuál es el “ambiente” del grupo? (Piense en términos de ambiente espiritual, socioeconómico, nivel de compromiso, tiempo junto como “grupo”, etc.)
  10. ¿Cuáles son los maestros de ese grupo? (¿Quién ya le dio clase a estos alumnos? ¿Alguien dará la clase junto con usted? ¿Qué tipo de clase están acostumbrados a tener?)

Preguntas para discusión:

  1. Describa al buen maestro, usando las 3 categorías “Ser”, “Saber” y “Hacer”. (Cuales son las características de su carácter, conocimiento y comportamiento).
  2. ¿Qué es lo más importante: Contenido, comunicación o carácter? ¿Por qué?
  3. ¿Cuál es la diferencia entre conocimiento y sabiduría? ¿Cómo esa diferencia se manifiesta en el maestro sabio?
  4. ¿De qué manera nuestra enseñanza es, a veces, desequilibrada? ¿Nos equivocamos más con respecto al contenido o a la comunicación? ¿Cómo corregir ese desequilibrio?
  5. ¿Cómo podemos mejorar nuestra comunicación de la verdad sin sacrificar el contenido?

El Profesor cristiano:
Educación verdaderamente cristiana

En cierta ocasión el maestro de un seminario colocó una cinta magnetofónica para que la oyeran sus alumnos. Juntos escucharon la voz sonora de un predicador cautivante. Cuando la cinta acabó, el maestro pidió que sus alumnos evaluaran el mensaje. Eran unánimes en que era uno de los mejores sermones que habían escuchado. Hasta que el maestro explicó que el predicador era líder de una secta que negaba la divinidad de Jesús. El problema no estaba en lo que el predicador dijo, sino en lo que NO dijo. Su mensaje era anticristiano.

¿Quién necesita de educación cristiana? ¡Todos nosotros! Aun aquellos seminaristas necesitaban educación cristiana. Pastores, maestros de la Escuela Dominical, necesitan educación cristiana para proteger sus ovejas contra los lobos que las devorarían. Los padres necesitan de educación cristiana para preparar a sus hijos para futuros días difíciles. El apóstol Juan, amigo íntimo del Señor Jesús, hizo una advertencia, “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1). Pablo dice que esa amenaza alcanzará proporciones gigantescas en el fin de los tiempos: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios… Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias” (1 Timoteo 4:1; 2 Timoteo 4:3).

¿Será que usted y yo ya adquirimos un “radar bíblico” de educación cristiana para detectar falsos profetas? ¿Será que lo que hacemos en el salón de clase es tan sólo educación, o educación verdaderamente cristiana? Al fi n y al cabo, ¿qué es la educación cristiana?

Lo que la educación cristiana NO ES

1. La educación cristiana NO es la memorización de hechos y textos bíblicos..

Ciertamente, la educación cristiana INCLUYE el conocimiento de grandes historias y hechos bíblicos: Cómo David mató a Goliat, a dónde Pablo fue en sus viajes misioneros, los nombres de las 12 tribus de Israel. Saber que la Biblia tiene 66 libros, 1189 capítulos y 31.173 versículos es interesante. Y poder citar textos bíblicos de memoria puede tener mucho valor en la lucha contra el pecado. Pero los fariseos eran campeones de concursos en la EBS (Escuela Bíblica Sabatina), sin tener la más mínima noción de lo que era la educación cristiana. Todos nosotros conocemos personas “peritas” en la Biblia, cuyas vidas son un fracaso. El propio diablo conoce bien la Biblia, pero no por eso tiene una educación cristiana (vea Santiago 2:19; Mateo 4:6). El conocimiento bíblico es fundamental, pero no es la esencia de la educación cristiana. La educación verdaderamente cristiana toca el corazón, la vida del individuo.


2. La educación cristiana NO es la moralización.

“Ame a su prójimo”. “No tome lo que no le pertenece”. “Póngase de pie en la presencia de los mayores”. “No pelee con su hermana”. Ciertamente, los principios morales son importantes, y forman parte de la educación cristiana. Pero la Biblia no fue escrita como libro de etiqueta. El problema no está en los principios morales en sí. El problema es cuando “moralizamos” la Biblia de tal forma que sería igual de apropiada en una sinagoga judía, una mezquita musulmana, o templo mormón, así como en la iglesia evangélica. Un mensaje o lección que recomienda moralidad y compasión sin hablar de Cristo es sub-cristiano, aunque el mensajero logre probar que la Biblia exige tal comportamiento.

Lo que la educación cristiana ES

En cierta ocasión, una niña preescolar tuvo que hacer el papel de María, la mamá de Jesús, en una obra de navidad. Al comienzo todo iba muy bien, y “María” sonreía con satisfacción mientras admiraba el muñeco en el pesebre. Pero a continuación los animales, los pastores, y otras personas llenaron el escenario, hasta que nadie podía ver la humilde cuna. Entonces la niña levantó el muñeco sobre la cabeza de todos, donde permaneció hasta el final de la pieza. Después, cuando alguien le preguntó por qué hizo eso, la niña declaró, “¡Todos estaban quitándole el lugar a Jesús… Yo lo tenía que levantar!”

¿Qué es la educación verdaderamente cristiana? En una palabra, la educación cristiana es la educación (enseñanza, predicación, discipulado) enfocada en la Persona de Cristo. ¡Jesucristo es lo que hace que la educación cristiana, sea cristiana! Él es lo que se destaca, la distinción entre la enseñanza religiosa y la enseñanza cristiana. Él es el punto central de TODAS las Escrituras. La educación cristiana se resume en dos grandes lecciones. No representan un “plan de clase” mágico para maestros, ni una fórmula simple que siempre va a producir el resultado deseado. Pero son elementos que deben estar presentes de alguna manera en toda la enseñanza que se dice “cristiana”.


1. La educación cristiana expone la necesidad que el hombre tiene de Cristo.4

De nada sirve enseñar principios morales si dejamos la impresión de que el hombre es capaz de cumplirlos por sí mismo. Tan sólo la gracia de Dios, por el Espíritu de Cristo, por causa de la vida de Jesús en nosotros, nos capacita para vivir la vida cristiana. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí… Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.” (Gálatas 2:20; Colosenses 1:27). En la crianza de nuestros hijos, en nuestras clases de escuela dominical, en nuestros púlpitos, tenemos que exponer la necesidad que el hombre tiene de Cristo. Sin Jesús, nadie se salva. Sin Jesús, nadie puede vivir la vida cristiana (Juan 15:5).

¿Pero cómo hacer eso de manera práctica? Como padres, tenemos que mantener en alto el patrón de santidad que Dios estableció para nuestros hijos, un patrón que busca alcanzar el corazón (Mateo 5:48; Proverbios 4:23). Los padres sirven como espejos para que los hijos vean el reflejo de su interior. El padre que establece un patrón de fácil acceso, o que enfoca tan sólo el exterior (como los fariseos) cría un hijo legalista o un hijo que no reconoce su necesidad de Jesús. Los maestros y pastores alcanzan el corazón cuando exponen la santidad de Dios y la necesidad del hombre, apuntando siempre hacia la capacitación divina por la vida de Jesús.


2. La educación cristiana exalta la solución divina para el hombre: La Persona de Cristo.

Si nuestra enseñanza solamente apunta hacia la necesidad del hombre, sin llevarlo a la cruz, avanzamos en la Ley sin la Gracia. Colocamos a los oyentes debajo del Antiguo Pacto, sin contarles el fi n de la historia. Desdichadamente, gran parte de nuestra enseñanza (y muchos movimientos sub-cristianos de hoy) colocan al pueblo bajo la Ley, como si la cruz y la resurrección de Cristo nunca hubiesen sucedido, y como si ellos, por sus méritos, pudiesen ser aceptados delante de Dios. La educación cristiana lleva al no creyente hacia la cruz y la tumba vacía, y lleva al creyente a la semejanza de Cristo. Esa fue la “filosofía de ministerio” del apóstol Pablo (Colosenses 1:28,29).

Antes que usted bostece y diga “¡Ya sabía de todo eso!”, considere las implicaciones de la verdadera educación cristiana. Sé que MUCHAS veces he enseñado, en nombre de la “educación cristina”, lecciones que no apuntaban hacia Cristo. Por ejemplo, en cierta ocasión estaba a punto de dar un estudio bíblico en un colegio evangélico sobre Proverbios 15:1 “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor”