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Ricardo RAMOS GUTIÉRREZ

 

Terapia narrativa con familias multiproblemáticas: El cambio que viene

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Ediciones Morata, S. L.

Fundada por Javier Morata, Editor, en 1920

C/ Mejía Lequerica, 12 - 28004 - MADRID

morata@edmorata.es - www.edmorata.es

 

Temas: Psicología, Familia

 

© Ricardo Ramos Gutiérrez

 

 

 

 

 

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© EDICIONES MORATA, S. L. (2015)

Mejía Lequerica, 12. 28004 - Madrid

www.edmorata.es - morata@edmorata.es

 

Derechos reservados

ISBN papel: 978-84-7112-812-6

ISBN ebook: 978-84-7112-824-9

Depósito Legal: M-14.730-2015

 

Compuesto por: Sagrario Gallego Simón

Printed in Spain - Impreso en España

Imprime: ELECE Industrias Gráficas, S. L. Algete (Madrid)

Diseño de la cubierta: Mar del Rey Gómez-Morata

Nota de la editorial

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A Rosa, Anna, Ricardo y Roc, a quienes ya

dije que quería.

Y ahora está también Set; y a él

también lo quiero.

Pero todavía no lo sabe.

Colección “Terapia Familiar Iberoamericana”

Director: Roberto PEREIRA

La Terapia Familiar tiene ya muchos años de desarrollo y abundante bibliografía, aunque la mayoría de ella proviene del discurso dominante de origen inequívocamente anglosajón. Desde los primeros años de la difusión de la Terapia Familiar se comprobó la necesidad de adaptarla a los contextos culturales de los diferentes países. La actitud de familias y de los psicoterapeutas, la “cultura terapéutica” no es la misma. No es descabellado afirmar que buena parte de los modelos psicoterapéuticos utilizados hoy en día tienen su origen en la necesidad de adaptarse a los sistemas sanitarios de los países del “norte”, especialmente el de los EE.UU., modelos que no tienen necesariamente que encajar en los países del “sur”, en Iberoamérica. En ese sentido, la colección quiere seguir la línea de la Red Relates (www.redrelates.org) organización que agrupa a escuelas sistémicas latinoamericanas, y uno de cuyos objetivos es “avanzar hacia la configuración de un modelo propio, coherente con las realidades europeas y latinoamericanas, capaz de dialogar fructíferamente con los restantes modelos sistémicos”.

Esta colección, abierta a propuestas de los autores iberoamericanos, quiere a su vez promover el intercambio entre los terapeutas familiares de lengua hispana y portuguesa, y favorecer el desarrollo de una TF iberoamericana con sus propias características y señas de identidad, que respondan a las necesidades y contextos de donde se realiza más que al discurso dominante en el campo.

Desde hace años, las Asociaciones Españolas y Portuguesa de Terapia Familiar mantienen una estrecha relación que ha tomado forma con la realización de Congresos Ibéricos de Terapia Familiar y la edición de una revista bilingüe. Pero aún no se ha producido un intercambio real de bibliografía.

Los primeros textos de la Colección se ocuparon de temas que no han recibido suficiente atención por parte de la terapia familiar. En el primero, Alfredo Canevaro, psiquiatra argentino radicado en Italia, aborda el poco editado tema Familias obligadas, terapeutas forzosos de la psicoterapia individual sistémica. El libro sintetiza la dilatada experiencia de su autor como psicoterapeuta: primero en Buenos Aires, en los años de mayor efervescencia de la psicoterapia, y después en Italia. Canevaro integra, sobre la base del modelo sistémico, técnicas provenientes de otros modelos, en unas sesiones de gran intensidad relacional, en las que se utiliza a sí mismo de manera magistral.

El 2º título de la colección, del psicólogo, profesor y director de la Escuela Sistémica Argentina, Marcelo Ceberio, toca otro tema que ha despertado poco o ningún interés en el campo de la psicoterapia: el de la atención a la “cuarta edad”, la “terapia de los ancianos del siglo XXI”. Libro completísimo, toca todos los aspectos de la atención a los ancianos en sus diversas facetas, incluida la psicoterapéutica, algo que ya se echaba mucho en falta.

El tercero, de las profesoras de la Universidad de Coimbra Ana Paula Relvas y Luciana Sotero, fue el primero de la colección en incorporar autores de lengua portuguesa. Con un rigor académico indudable, pero incorporando también la clínica psicoterapéutica, logran esa unión imbatible de los autores que investigan pero además practican la psicoterapia. Y el tema de la obra es apasionante y de gran actualidad: cómo desarrollar la alianza terapéutica incluso en las condiciones más complicadas, con familias obligadas a acudir a terapia, en las que con frecuencia el paciente identificado es un adolescente.

El cuarto título, que tienen en sus manos, “Terapia Narrativa con Familias Multiproblemáticas: el cambio que viene”, nos habla de cómo abordar ese universo de familias complejas, con problemas diversos, atendidas por numerosos profesionales, a las que se adjudicó el dudoso título de “multiproblemáticas”. Y lo hace con una novedad interesante: aplicando las técnicas de las terapias narrativas. Efectivamente, la atención a estas familias era el dominio de la terapia estructural, siguiendo el modelo de “Families of the slums” de Minuchin, Montalvo y cols. Pero la Terapia Narrativa tiene vocación de universalidad, y se propone para intervenir en todo tipo de problemas, por lo que se echaba de menos su propuesta para este tipo de familias. Y ésta viene de la mano nada menos que de Ricardo Ramos, Psiquiatra, Terapeuta Familiar y profesor del Máster en Terapia Familiar del Hospital de Sant Pau-Universidad Autónoma de Barcelona, y el autor que más ha escrito en nuestro país sobre Terapia Narrativa, con una maestría indudable que muestra siempre un saber enciclopédico y una dilatada experiencia clínica que plasma con abundancia en el texto. Sus propuestas, siempre prácticas, guían al lector interesado en experimentar la terapia narrativa con estas familias tan presentes en la literatura y la práctica de la Terapia Familiar.

Bilbao, Abril de 2015

Contenido

PRÓLOGO: Re-pensando a las familias “multiproblemáticas” y consensuando narrativas para su bienestar psicosocial, por Raul MEDINA CENTENO

Estructura del libro.— Las familias multiproblemáticas: Definiciones y complejidad.— El estilo terapéutico.— El método clínico para la intervención.— Bibliografía

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO PRIMERO: ¿De qué hablamos cuando hablamos de familias multiproblemáticas?

La historia de Caty.— Una definición de familia multiproblemática.— Traducción discursiva de los criterios.— Narraciones multiprotagónicas.— El discurso de la acción.— Condiciones y consecuencias de los discursos de la acción.— La complejidad y los códigos.— Una definición personal.— El encuentro con las familias multiproblemáticas.— Una propuesta asistencial

CAPÍTULO II: Una primera visita

El caso.— El Plan Temático de la primera sesión.— El comienzo.— Las demás cosas/La hija.— Cambios en el sistema.— Cómo puede acabar esto.— La derivación. Quién quiere qué de nosotros.— La devolución.— El informe.— Un comentario global

CAPÍTULO III: Las terapias narrativas

La historia saturada de problemas.— La otra historia de Remedios.— Conversaciones externalizadoras.— Las preguntas de influencia relativa.— La persistencia de la historia.— Lo ausente implícito.— Del significado implícito al significado elemental.El dilema existencial

CAPÍTULO IV: Las tramas narrativas

Otro nivel del relato.— El equipo terapéutico.— Ahora le toca a su esposa.— La responsabilidad pesa.— Enseñanzas de la historia.— Las tramas narrativas básicas

CAPÍTULO V: El relato tal cual

Empezando por el final.— El peso de la historia.— Buscando camino al cambio.— Qué pasa con las cosas que pasan.— Los niveles de generación del sentido.— La reina de África.— Fábula y Suzjet

CAPÍTULO VI: Una historia, muchas historias, ninguna historia

Pedazos de historia.— Los otros pedazos.— La historia a pedazos.— La obra abierta.— De la música a la letra.

CAPÍTULO VII: Pero mira quién habla

¿Hija o madre?.— Los perfiles de una historia.— De qué tenemos que hablar.— ¿Qué falta o qué sobra?.— Las condiciones de producción del discurso.— Análisis del plan temático.— Breve análisis de la entrevista

CAPÍTULO VIII: La trayectoria en la red

El texto de un informe.— El informe de un caso.— Un caso con su informe.— Una mirada a los casos.Posturas emocionales y derivación.— Parámetros de análisis de la derivación.— Una transición compleja.

CAPÍTULO IX: Una clasificación de las derivaciones

¿Qué hacer en un caso así?.— El proceso de derivación.— Para una clasificación de la derivación.— Algunas trayectorias de derivación

CAPÍTULO X: La historia por vivir

Una entrevista en detalle.— La primera visita.— Tipos de relato histórico.— La construcción de la historia.— El cambio que viene.— La devolución.— La carta

CAPÍTULO XI: Las cartas terapéuticas

Cartas y cartas.— Las cartas de presentación del equipo.— Una carta por una visita.— Cartas de cierre.— Cartas de emplazamiento.— Ayudas para escribir.

CAPÍTULO XII: Los informes terapéuticos

Historia y público.— La familia que nos llega.— Esta tierra es mía.— Motivos y peripecias.— Cerrando el cierre

EPÍLOGO

BIBLIOGRAFÍA

PRÓLOGO

Re-pensando a las familias “multiproblemáticas” y consensuando narrativas para su bienestar psicosocial

Raul MEDINA CENTENO

Universidad de Guadalajara, Instituto Tzapopan, México

Es un verdadero honor y un privilegio escribir unas líneas de esta nueva producción de Ricardo RAMOS quien fue y sigue siendo mi maestro en terapia familiar. En este libro, Ricardo pone a prueba su psicoterapia narrativa, que ha venido dibujando por más de veinte años.

Como ustedes bien recordarán, en su primer libro: “Narrativas Contadas, Narraciones Vividas” (2001), influenciado por la terapia narrativa de WHITE y EPSTON (1990) y la conversacional de ANDERSON y GOOLISHIAN (1988,1992), Ricardo señala que su atención se orienta en “lo que se habla y se cuenta en terapia”, como el contenido que se tiene que atender y desde donde es posible el cambio relacional.

En esta publicación “Terapia narrativa con familias multiproblemáticas: El cambio que viene”, Ricardo propone en términos generales trabajar en terapia sobre la historia que se está viviendo, con el fin de establecer un consenso sobre la “Historia por Vivir”. En otras palabras, la historia terapéutica, para Ricardo, tiene que ser co-construida de tal manera que resulte, no solo creíble para terapeutas y familia, sino también contable ante los miembros del sistema que tienen poder para avalarla y, en estos casos, los servicios socio sanitarios juegan un papel fundamental.

Estructura del libro

Ricardo nos presenta un libro bien acotado y enfocado sobre el estilo psicoterapéutico narrativo con familias multiproblemáticas. En los diferentes capítulos nos deleita con un excelente grado de detalle, que inicia con el estado del arte de las familias multiproblemáticas, para acotar a una definición propia.

En otro apartado nos expone un panorama de las terapias narrativas, en especial presenta con detalle la de WHITE y EPSTON (1990), pero en todo el texto hace referencia recurrente también a ANDERSON y GOOLISHIAN (1988, 1992), y en especial de MADSEN (1999a, 1999b, 2007).

Los demás capítulos se centran en el encuadre y la intervención, desde la derivación hasta la minuciosa preparación del equipo terapéutico y, de forma magistral, Ricardo propone una metodología de intervención con la finalidad de que las familias llamadas multiproblemáticas recuperen su dignidad ante los servicios socio sanitarios y, con ello, una historia y actitud que los conduzca a vivir otra narrativa, otras relaciones, otras emociones y sobre todo otra forma de verse a sí mismas para recuperar su salud.

Cabe destacar que Ricardo sustenta empíricamente su propuesta psicoterapéutica mediante diversos casos que atiende en los Servicios de Terapia Familiar del Departamento de Psiquiatría del Hospital de San Pablo de la Ciudad de Barcelona. Y le añade de manera creativa historias de escenas de películas, de la literatura o de la propia Historia para comunicar y dar orden a la complejidad narrativa que trata de explicar.

A continuación me permitiré profundizar en algunos temas de este libro.

Las familias multiproblemáticas: Definiciones y complejidad

En un primer apartado, Ricardo repasa las diversas definiciones de las familias multiproblemáticas para señalar que éstas son familias con varios problemas que han sido atendidas por diversos profesionales de los servicios sociales y de salud; aunque también señala que este tipo de familias han ido desapareciendo de la bibliografía porque el diagnóstico psiquiátrico ha separado cada síntoma para darle nombre y atención de forma particular, como el maltrato, drogodependencia o alcoholismo, sociopatías, etc.

En términos generales, para Ricardo este tipo de familias aparecen por la falta de Confirmación Nutricional de sus miembros (falta de atención, protección, cuidado mutuo y amor), por lo que estos la buscan fuera de casa (amigos, vecinos, y los propios servicios socio sanitarios). Es decir, para Ricardo la familia multiproblemática se extiende fuera de sus propios límites estructurales.

Y los sistemas de salud están ahí para “ver” a las familias y “atenderlas” generando lo que Ricardo llama una clase de “Seudoconfirmación Mutua”. En otras palabras, se constituye un “vínculo relacional” entre las familias multiproblemáticas y la seguridad social, todo un fenómeno psicosocial en países donde existen los servicios sociales de manera institucionalizada y profesional.

SHOTTER (1989) diría que se genera un marco social organizado en torno la narrativa de las familias multiproblemáticas. Ricardo, retomando a Humberto ECO, lo dice con mucha elegancia: “Los espectadores, los lectores, los testigos forman parte estructural del relato. No son añadidos coyunturales, sino elementos generativos”. “Un texto —dice ECO— es una máquina perezosa de crear sentido, que necesita para completarse de la colaboración del lector” (ECO, 1979). Una narración necesita de un público para existir y, más aún, para pervivir”. En pocas palabras lo que Ricardo señala es que las familias multiproblemáticas son un fenómeno socio-discursivo.

Desde esta lógica ontológica, Ricardo nos hace “ver” una primera observación: con esta clase de familias se da un tipo de narrativa de “multiprotagónica”, el cual es alimentado por la diversidad de atenciones que han recibido. Otra observación empírica de Ricardo, es que cuando son recibidas en su consultorio estos tipos de “multiprotagonismos”, se distinguen por una clase de “discurso fragmentado”, es decir, con diversas historias que aparentemente no tienen nada ver que unas con otras.

Tal como lo señalaba antes, para Ricardo este fenómeno es producido, en parte, por la narrativa del diagnóstico psiquiátrico que tiene mucho poder y que es utilizado por la mayoría de los servicios de salud. Cabe agregar que el poder de estos diagnósticos descontextualizados se hace mayor cuando está condicionada la ayuda económica a su asistencia a estos servicios, que es el caso de los países en desarrollo, como México.

Ricardo señala con agudeza científica, que el poder de los servicios socio sanitarios se sustenta en un tipo de “Discurso de Acción”, que es el protocolo que siguen los diversos profesionales con esta clase de familias que se distinguen por una narrativa de tragedias repetitivas, múltiples y recurrentes. Todas ellas injustas, por lo que son “vistas” como “víctimas del sistema”: familias en exclusión social, por falta de educación, empleo, salud, vivienda, etc.

Ricardo distingue entre dos tipos de “Discursos para la Acción”: el Discurso para la Acción Transformativa (o Imperativa), y el Discurso para la Acción Reflexiva. El primero “es un tipo de discurso que genera como respuesta del operador una acción imperativa. El operador, por la interpretación que ha hecho de lo que se le ha dicho, cree (y dice) que el usuario tiene que hacer algo que, por su propia naturaleza, cambiaría el curso de los acontecimientos (sería, supuestamente, una acción transformativa)”. Por ejemplo, cuando los cónyuges maltratados tienen que ser separados de sus maltratadores.

Este tipo de discurso está dirigido, según Ricardo, por lo que él denomina como “las Condiciones Discursivas”, para referirse a la temática del discurso que envuelve un “juicio moral”: la búsqueda de culpables y el salvamento de las víctimas. Por ello la acción es rápida, e incluso está protocolizada, con el fin de proteger a las víctimas, pero en esa misma acción se culpa al victimario. Aunque le agregaría también que este discurso de acción se organiza sobre una narrativa tácita, no explícita, por parte de los profesionales de los servicios socio sanitarios: “la culpa”. Por ser operadores del sistema, el cual ha fracasado en sus políticas para la inclusión social de este tipo de familias.

Por otra parte, Ricardo distingue a los “Discursos de Acción Reflexiva”, que si bien invitan a la acción, es necesario saber más del problema, es decir, el operador necesita conocer para aquilatar y decidir. Ricardo señala que este tipo de discurso está organizado por la creencia de que es necesario contextualizar el discurso, es decir, reflexionar sobre las condiciones de su producción.

Para Ricardo, esto implica una “complejidad”. Para decir que “ante fenómenos percibidos inicialmente como complejos, inciertos e impactantes, el observador intenta recuperar un cierto grado de inteligibilidad tratando de elegir o de encontrar, entre otras cosas, un código para descifrarlos”. Estos códigos, según Ricardo, dan al observador una cierta sensación de pertenencia, pues los códigos son colectivos, y serán estos los que ordenarán la complejidad de una cierta manera. En esta complejidad incluye a los servicios socio sanitarios y al propio equipo terapéutico.

Al final Ricardo define a las familias multiproblemáticas, con un tono irónico, como “aquellas que tienen DEMASIADOS testigos profesionales que se sienten IMPOTENTES delante de las INCOMPETENCIAS de esas familias”. Y plantea ante esta encrucijada su objetivo terapéutico: “hacerles recuperar una posición de dignidad en la que la ayuda de los servicios socio sanitarios no sea un síntoma, sino un derecho”. Un objetivo que implica no solo trabajar con las familias sino con el sistema de bienestar social. Una re-definición del derecho a vivir bien y con dignidad. Un tema candente hoy en tiempos de crisis en España y el mundo, donde las políticas de bienestar social están en plena revisión y re-conceptualización.

El estilo terapéutico

Ricardo retoma a ANDERSON y GOOLISHIAN (1988) para definir la psicoterapia “como una serie de conversaciones que se producen en el flujo y en el marco de las que se desarrollan en el Sistema Determinado por el Problema. Se trata por tanto de una conversación que no parte de cero, sino que está estructurada; es decir, que se ve influida por las conversaciones previas, y por cómo estas conversaciones han ido puntuando y definiendo los problemas que aquejan a las familias y las soluciones que deberían intentar (los discursos para la acción transformativos)”.

Aunque Ricardo señala que no pretende esquematizar un procedimiento o protocolo especial, “sino ir dando pasos hacia un ‘buen hacer’ terapéutico que se adapte a las familias multiproblemáticas y que oriente la contribución del terapeuta familiar al proceso de cambio de estas familias”, lo cierto es que su propuesta está bien esquematizada, puntualizada y clínicamente ordenada, y eso se le agradece.

Aunque siempre con la posición ontológica y epistemológica relativa, flexible y crítica, evitando la falacia positivista neutra, objetiva y representacionista, haciéndonos recordar la frase emblemática de KORZBSKI (1933) “el mapa no es el territorio” y la cautela epistémica de LINARES (1996) es solo “una metáfora guía”.

A esto Ricardo le añade un toque de “modestia”, la cual es fundamental para el trabajo clínico, y en ella dibuja su modelo: “mi estilo no busca recetas clarividentes o mágicas, o tácticas que transforman súbitamente las narrativas y con ello el sistema y hacen desaparecer el síntoma. Todo lo contrario, busca problematizar la narrativa saturada, mediante un trabajo artesanal de tejedor”.

Si lo tradujéramos en palabras cotidianas, mi abuela diría: “meter hilo para sacar hebra”. Ricardo lo expresa con elegancia mediante una metáfora: “es en la textura de la entrevista donde se da el trabajo lento y minucioso, opaco y reiterado que se realiza a través de ella, y no tal o cual intervención espectacular o brillante (que también pueden tener cabida —cuando se nos ocurren—) la que allana el camino al cambio, grande o pequeño”. En otras palabras se buscan “Cambios Modestos”, que conduzcan a “Grades Revoluciones” (MEDINA, 2011).

Antes de pasar al siguiente apartado, es importante reiterar que el modelo terapéutico que propone Ricardo es ampliar el foco sobre el malestar psicológico de este tipo de familias, encontrándose con los servicios socio sanitario y al propio equipo terapéutico, por lo que los incluyen dentro de su metodología de intervención.

Con ello, Ricardo nos enseña magistralmente, cómo desde la narrativa es posible integrar sistemas que forman parte del escenario relacional que producen realidades psicosociales, en este caso: las familias multiproblemáticas.

El método clínico para la intervención

Tal como señalamos antes, en esta publicación Ricardo propone una metodología de intervención clínica para familias multiproblemáticas, que están vinculadas a su definición, observaciones y estilo terapéutico revisados brevemente con anterioridad.

Él nombra a cada paso instrumento, para proponer siete en total:

  1. El primer instrumento de intervención que propone Ricardo es el Plan Temático de la Sesión, con el que comienzan las entrevistas, que consiste en un conjunto de temas que define el equipo terapéutico y son propuestos a la familia para conversar durante las sesiones. Con esto Ricardo trata de ordenar la complejidad, las historias fragmentadas y el “multiprotagonismo”. Desde esta perspectiva, Ricardo enfatiza en el trabajo con el equipo terapéutico, para señalar que trabaja con un nivel de generación de sentido, más próximo a los personajes y sus vicisitudes, sin evadir el relato directo de la historia del cliente; sino situarse en el plano de la arquitectura general que encadena y da sentido a los personajes y a los eventos; a esto lo denomina Ricardo “las Tramas Narrativas”, que conducirán a establecer un “Plan Temático” que dirigirá el proceso de las sesiones.
  2. El segundo instrumento es la Posición que el terapeuta busca alcanzar y mantener en su trato con los consultantes. Retomando a MADSEN (2007) Ricardo lo define como “Aliado Apreciativo”, donde el terapeuta busca activamente aquello que puede apoyar, y lo apoya. Aunque aclara que esta posición del terapeuta no significa darle la razón siempre al consultante, ni buscar solo aquello en lo que se le puede dar la razón. Justamente porque el terapeuta habla desde una posición de Aliado es por lo que, dado el caso, lo puede emplazar y confrontar; pero desde cerca, a su lado, manteniendo un tipo de “Conexión Compasiva”. Estoy de acuerdo con Ricardo con este instrumento, lo considero básico para la terapia, aunque cabe señalar que contiene una complejidad que es necesario analizar y que implica una “alta destreza” para el terapeuta. En principio el terapeuta tiene que hacer sentir a los miembros de la familia que son aceptados y legítimos, esto no es fácil cuando el agresor está integrado en la terapia; es decir, tener una posición de amor, en el sentido en que lo definió MATURANA (1997). Por otra parte, hacer sentir que también son escuchados de forma empática, tal y como lo promulgaban los humanistas, pero es una escucha donde el otro siente que estás con él, esa Alianza a que hace referencia Ricardo. Esta posición del terapeuta es fundamental, sobre todo en países donde no existe la seguridad social y las instituciones son, incluso, maltratantes. Esto permitirá no solo establecer una conversación fluida con el cliente sino que se generará un compromiso que denomino “político”, entre terapeuta y familia (MEDINA, 2011). Todo esto conducirá a un diálogo con mucho poder de enfrentar con inteligencia al sistema y nuestras carencias.
  3. El tercer instrumento es el uso de la Convocatoria. La elección de con quién se va a hablar se relaciona directamente con el tema (o temas) de los que se va a hablar y el ángulo desde el que se van a enfocar. Ricardo señala que la idea aquí es ir consensuando, tejiendo y uniendo historias, para conformar una nueva narrativa y con ello una familia distinta.
  4. El cuarto instrumento es el uso de la Comunicación Escrita. Influenciado por WHITE y EPSTON (1990), Ricardo considera las cartas como un instrumento clásico de la Terapia Narrativa. Aunque Ricardo va más allá, porque utiliza las cartas no solo para que la familia dialogue entre sí, sino también para incorporar en este diálogo terapéutico a los profesionales de los servicios socio sanitarios. “Son informes abiertos al conocimiento de la familia, pero que tienen como destinatarios a miembros profesionales del SDP”. Con ello Ricardo propone ampliar la intervención y sus alcances para que los profesionales interactúen desde otra posición con estas familias y se constituya una relación, diríamos “nutricia”, no de “compasión” sino de aliados para enfrentar los problemas estructurales del sistema desde otra perspectiva con más empoderamientos.
  5. El quinto instrumento que propone Ricardo son las Conversaciones “a Propósito”. Por ejemplo: “Sepa usted lo que su madre nos ha dicho de Vd.” Sería del tipo de conversaciones congruentes, reafirmadoras de la identidad (y de los logros). Ricardo con esto sitúa al terapeuta como un tipo de “mensajero” de “buenas noticias” sobre todo aquellas que han buscado los clientes toda su vida: noticias nutridoras del self, que confirman que existo y que a pesar de las condiciones de pobreza o adversidades estructurales he podido enfrentarlas con éxito “algunas veces”. A propósito de familias multiproblemáticas, aquí es donde las historias de resiliencia se pueden encontrar con mayor frecuencia. Y también Ricardo utiliza este instrumento para incluir al equipo terapéutico, como un tipo de terapia reflexiva de ANDERSEN (1992).
  6. El sexto instrumento es la valoración explícita de los Logros Alcanzados con y por otros Profesionales. El fundamento de este tipo de intervención es que si profesionales que se sienten impotentes ven a las familias como incompetentes. Profesionales justa y explícitamente reconocidos pueden ver a la familia mejorable (y mejorando). Aquí Ricardo amplía las historia de logros para incluir a los profesionales que atienden cotidianamente a estas familias.
  7. Y el séptimo y último instrumento que propone Ricardo es el intento continuo de Alimentar los Foros Conversacionales ya existentes o posibles con temas capaces de suscitar en otros interlocutores una Conexión Compasiva. Con esto Ricardo encuentra, en el contexto de las familias, recursos narrativos que permitan Confirmar a las personas de este tipo de familias.

En resumen, el objetivo psicoterapéutico que busca Ricardo es construir con la familia y, en la medida de lo posible, con los profesionales socio sanitarios la “Historia por Vivir”, a este estilo Ricardo le denomina: “Modelo Narrativo-Temático”.

No profundizaré más en esta estupenda publicación que nos regala Ricardo RAMOS; le dejo al lector que estudie y analice su propuesta. Estoy seguro que no solo encontrarán un modelo terapéutico narrativo con mucho poder para re-pensar a las familias multiproblemáticas y, con ello, intervenir con eficacia y sensibilidad “sistémica”; sino que también disfrutarán la lectura como la he disfrutado yo.

Bibliografía

ANDERSEN, T. (1992): The Reflecting Team: Dialogues and Dialogues about Dialogues. Nueva York, Norton.

ANDERSON, H. y GOOLISHIAN, H. (1988): “Human systems as linguistic systems: Evolving ideas about the implications for theory and practice”. Family Process, 27, págs. 371-393.

ANDERSON, H. y GOOLISHIAN, H. (1992): “The client is the expert: A not knowing approach to the therapy”. En Sheila MCNAMEE y Keneth J. GERGEN (eds.): Social Construction and the Therapeutic process. Londres, Sage.

ECO, U. (1979): Lector in Fabula. Milán, Bompiani.

KORZBSKI, A. (1933):“Science and Sanity”. Nueva York, Internacional Non Aristotelian Library.

LINARES, J. L. (1996): “Identidad y Narrativa”. Barcelona, Paidós.

MADSEN, W. C. (1999a): “Inviting new stories: Narrative ideas in family-centered services”. Journal of Sistemic Therapies, 18 (3); págs. 1-22.

— (1999b): Collaborative Therapy with Multi-stressed Families: From Old Problems to New Futures. Nueva York, Guilford Press.

— (2007): “Collaborative Therapy with Multi-stressed Families”. The Guilford Press, Nueva York.

MATURANA, H. (1997): Emociones y lenguaje en educación y política. Chile, Dolmen y Granica.

MEDINA, R. (2011): “Cambios modestos, grandes revoluciones”. Ed. Libro Red Américas, Guadalajara (México).

RAMOS, R. (2001): Narrativas contadas, Narraciones vividas. Barcelona, Paidós.

SHOTTER, J. (1989): “El papel de lo imaginario en la construcción de la vida social”, en T. IBÁÑEZ, (ed.), El conocimiento de la realidad social. Barcelona, Sandai.

WHITE, M. y EPSON, D. (1990): Narrative Means to Therapeutic Ends. Nueva York, Norton.