Autor

ALFONSO HERNÁNDEZ CATÁ. (Aldeadávila de la Ribera, provincia de Salamanca, 24 de junio de 1885 - Río de Janeiro, 8 de noviembre de 1940), periodista, escritor, dramaturgo y diplomático hispano-cubano. Perteneció en Cuba a la llamada Primera Generación Republicana, en la que destacó por su obra narrativa y ensayística. Aunque su extensa obra narrativa iniciada con Cuentos pasionales (1907) fue publicada generalmente en España, algunas de las antologías más relevantes de la isla recogen textos suyos, como lo prueban, entre otras, Cuentos contemporáneos (1937), preparada por Federico de Ibarzábal; Cuentos cubanos contemporáneos (1947), a cargo de José Antonio Portuondo y Antología del cuento en Cuba (1902-1952), realizada por Salvador Bueno, quien en 1959 volvió a incluirlo en Los mejores cuentos cubanos. En 1966 se publicaron sus Cuentos, en edición del Instituto de Literatura y Lingüística y un año más tarde figuró en la Antología del cuento cubano contemporáneo, de Ambrosio Fornet.

Vino a Cuba sin cumplir el primer año de vida y vivió hasta los catorce años en Santiago de Cuba. Dos años más tarde ingresó en el Colegio de Huérfanos Militares de Toledo. Escapado del Colegio, se trasladó a Madrid, donde llevó una vida bohemia. Volvió a Cuba en 1905 y se estableció en La Habana. Comenzó a trabajar como lector de tabaquería. Por esa época publicó en Diario de la Marina y La Discusión. En 1909 ingresó en la carrera diplomática como cónsul de segunda clase. Colaboró en Gráfico, El Fígaro y Social. Escribió, en colaboración con Alberto Insúa, las obras de teatro En familia, El amor tardío y El bandido. Es autor de la zarzuela Martierra, con música de Jacinto Guerrero. Su obra ha sido traducida al francés, al inglés, al alemán, al ruso, al holandés, al portugués, al italiano y al lituano. Según Max Henríquez Ureña escribía una genuina prosa modernista, trabajada con arte, castigada y elegante, de rico vocabulario, en una línea cosmopolita, libre de esencias nativistas o costumbristas, mezclando una cierta crítica social naturalista con el estilo preciosista del Modernismo.

Siendo embajador en Brasil (1938), murió en accidente de aviación al sobrevolar la Bahía de Botafogo, en Río de Janeiro. A su muerte, por imposición de su testamento instituyó de su peculio un premio literario nacional e internacional que durante muchos años se dedicó a recompensar la obra de reconocidos cultivadores del relato corto.

El ángel de Sodoma es una impresionante novela —una noveleta si se prefiere, y sin que la dimensión física restrinja su alcance— que ha conquistado para Alfonso Hernández Catá la cualidad de fundador. Lo hace, como las grandes obras, de una manera múltiple, pues, si bien su tema —la condición homosexual— era asunto difícil a inicios del siglo xx, su tratamiento en estas páginas se expande a zonas de no menos pertinencia como la culpa, el egoísmo, un extraño sentido del sacrificio, y el miedo. El ángel de Sodoma, dice Cira Romero, prologuista de la presente edición, «es una propuesta afirmativa y poderosa, construida sobre el propio e íntimo destino».