Pupi tiene una hermanita

María Menéndez-Ponte

Ilustraciones de Javier Andrada

A Antonio Naya, a Conchi Lorenzo y a los monitores del Centro Ricardo Baró, que cuidan con tanto cariño a mi hermana.

Alicia ha repartido unas fichas donde los niños tienen que dibujar y etiquetar los alimentos que toman para desayunar.

–Profe, yo necesito dos, porque tengo que poner lo que zampullo en el plataneta Azulón y en la Tierra –le advierte Pupi.

–Me basta con que me pongas lo que desayunas en la Tierra, Pupi –le responde ella.

Pero los demás niños están muy interesados en saber qué come Pupi en su planeta, y Alicia accede a que se lo cuente.

–Cuando tenemos hambre, zampullamos unas bolitas que crecen en una de las plantazules que hace Pompom. Se deshacen solas en nuestra boca, por eso no necesitamos ni dientes ni luenga.

–¡Qué rollo comer siempre lo mismo! –comenta Coque.

–No, Coque, todas saben desdiferente.

–¡Qué trolero! ¿Cómo van a saber diferente si son todas azules?

–¿Y acaso las uvas y las judías no tienen distinto sabor y las dos son verdes? –le dice Blanca a Coque.

–Pero aquí tienen distinta forma y allí no, lista –aduce él, que nunca da su brazo a torcer.

–¿Y a qué saben? –pregunta Bego, ignorando el argumento de Coque.

–A lluvia de esteras, a pastelillos de luna...

–¡Mmm, qué ricas! Me gustaría probarlas –dice Rosy.

–Puaj, seguro que saben asquerosas –comenta Coque, que no soporta que lo de Pupi sea mejor que lo de él.

–¡Qué va, son delcisosas! –le asegura Pupi.

Pero Alicia da por terminada la charla, y todos se ponen a trabajar.

Pupi está muy concentrado en su ficha cuando, de pronto, le llega un mensaje telepático de Pimpam. De la emoción, se sube a la mesa dando un salto y se pone a gritar:

–¡¡¡He tenido una marinita!!! ¡¡¡Me ha nacido una marinita!!!