Reeducación postural integral SOTAI

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Primera edición:

ISBN: 84-8019-890-7

ISBN: 978-84-9910-144-6

Fotocomposición: Editor Service, S.L.

Diagonal, 299 – 08013 Barcelona

Impreso en España por Sagrafic

 

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

A mi mujer, Kazuko Hagiwara, la persona que más me apoyó siempre. Sin su ayuda no creo que hubiera conseguido ni la mitad de lo que he logrado. En todo momento estuvo a mi lado templando mi carácter con su armonía, dándome ánimo con su vitalidad y aconsejándome con su extraordinaria inteligencia. Todo sin pedir jamás nada a cambio.

Índice

 

 

 

Prefacio

Experiencia de una técnica desconocida

Sotai: su eficacia en el tratamiento de la escoliosis

 

Capítulo 1

Sotai, corrección postural japonesa

1. Definición

2. Cómo puede ayudar el método sotai

3. Significado de sotai

4. Un poco de historia

5. Diferencias entre medicina occidental y medicina oriental

6. Principios de diagnosis

 

Capítulo 2

La postura

1. Qué es

2. Evolución cronológica

3. Conceptos neurológicos

4. Evolución de la postura

5. Postura adecuada

  Cada persona asume su propia postura

  Consejos para mejorar la postura en nuestras actividades diarias

1. Cómo dormir

2. Cómo levantarse

3. Cómo lavarse la cara y los dientes

4. Consejos durante la jornada laboral

5. Calzado

6. Otros consejos

6. ¿Realmente se puede reeducar la postura?

7. Mantenimiento y mejora de la postura. Ejercicios para recuperar la postura

 

Capítulo 3

Principios básicos de la salud

 

Capítulo 4

Sotai, funcionamiento

1. Funcionamiento del sotai

2. Las funciones fisiológicas

3. Características del método sotai

 

Capítulo 5

Campo de aplicación del método sotai

1. Campo de aplicación

  Beneficios del sotai

  Sincronización cruzada

 

Capítulo 6

Movimientos articulares del sotai

1. El movimiento del cuerpo humano

  Secuencia básica de comprobación articular

2. Técnica pasiva de circunducción de los dedos de los pies y los tobillos

  Los pies tienen varias funciones

 

Capítulo 7

Práctica

1. Introducción

2. Secuencia básica

3. Ejercicios básicos

  Básico 1

  Básico 2

  Básico 3

  Básico 4

  Básico 5

  Básico 6

  Básico 7

  Básico 8

  Básico 9

  Básico 10

  Básico 11

  Básico 12

4. Los ejercicios con ayuda de un experto o compañero

  Básico 1

  Básico 2

  Básico 3

  Básico 4

  Básico 5

  Básico 6

  Básico 7

  Básico 8

  Básico 9

  Básico 10

  Básico 11

  Básico 12

5. Consejos para mejorar la eficacia de los ejercicios con ayuda de un experto

  Uso de las órdenes

  Uso de la resistencia

  La relajación

  El período de descanso

 

Capítulo 8

Tratamientos específicos

  Esguince por inversión

  Cefalalgia

  Lumbalgia

  Tortícolis

  Trastornos menstruales

  Ansiedad

  Anomalías menstruales

Glosario

Bibliografía

Sobre el autor

Agradecimientos

Prefacio

 

 

 

Mi primer contacto con una terapia de origen oriental fue en el año 1982 por un problema de salud, un ataque de gota en la articulación del tobillo izquierdo que llevaba sufriendo durante más de cuatro meses y que nada ni nadie conseguía solucionar, sino que, por el contrario, se complicaba cada vez más.

 

En ese estado de desesperación, mi profesor de kárate, Choyu Hentona, me recomendó un terapeuta japonés llamado Shimada, un personaje por cierto bastante curioso, que me trató con acupuntura, electropuntura, shiatsu y otra técnica llamada sotai. La recuperación fue asombrosamente rápida: en poco más de una semana ese insoportable dolor desapareció.

 

Me sentí, por tanto, tan agradecido e impresionado, que quise conocer con más profundidad y aprender este tipo de técnicas, y el profesor Shimada se ofreció gustoso a enseñármelas.

 

Al poco tiempo, una amiga, Carmen Enguita, una de las primeras personas que se interesó por el shiatsu en España, me recomendó un libro de Toru Namikoshi que me inició en un estudio más profundo. Y otro amigo japonés, Miyashita, también estudioso de esta técnica, me dio sus apuntes, que aún conservo, y algunos buenos consejos.

 

Con la intención de continuar con mis estudios e investigaciones en kárate y también estos temas, decidí viajar a Japón. Allí de nuevo otra dolencia, esta vez en la espalda, me llevó a conocer a Taeko Inoue, quien alivió mi dolor y me enseñó bastante acerca de las terapias orientales. Conocí a otros profesores, pero no conseguía encontrar a nadie que saciara plenamente mi curiosidad. Estuve en una escuela de shiatsu en Madrid, de la que posteriormente fui director, pero tampoco me aportó los conocimientos que yo deseaba. Decidí recopilar y leer toda la documentación que obtuviese sobre el tema y recibir, a la vez, tratamientos en todas las clínicas que encontraba (en Japón existen muchas clínicas de shiatsu, sotai, acupuntura, etc.), con el fin de que, posteriormente, me dejaran aprender algo nuevo para mí. Por suerte, muchos de estos centros me facilitaron diversas fórmulas. Pero la forma de enseñar del oriental es, en ocasiones, demasiado sobria para el occidental, por lo que tuve que aprender mucho por mi cuenta, preguntando continuamente, adquiriendo abundante información y libros e investigando con los amigos que tenían el valor de dejarme que les tratara.

 

En 1999 conocí a Yoshikazu Nemoto, un gran profesor de sotai, autor de varios libros con los que yo ya había estudiado esta técnica. Le pedí que me enseñara y aceptó gustoso. Su trato conmigo fue especial hasta tal punto, que me impartía clases particulares diariamente, durante más de doce horas, de nueve de la mañana hasta las diez de la noche; me permitía presenciar los tratamientos a sus pacientes me pedía que colaborase con él como ayudante. Me enseñó más que nadie hasta ese momento y pude aprender muchísimo. Cuando terminé los estudios de terapeuta de sotai, me nombró director de la sucursal de su instituto en España para que difundiera su técnica en España y Europa.

 

Las mayores aportaciones de mi profesor en Japón a mis estudios fueron su dedicación en mi instrucción, su generosidad al proporcionarme conocimientos, sin guardarse «secretos», fórmula habitual en mis anteriores experiencias con otros profesores orientales, su interés por estar siempre aprendiendo y, sobre todo, su nobleza y humildad. Ha sido y sigue siendo un gran profesor, un referente para mí y una magnífica persona.

 

Mi continuo interés por estas técnicas me ha llevado siempre a investigar mucho y a experimentar todo aquello que me decían mis profesores que funcionaba, sin creer «a pies juntillas» que, por el simple hecho de que lo dijeran, fuese verdad. Del mismo modo, siempre pido a mis alumnos que se cuestionen todo, que no crean todo lo que les enseño sólo porque lo digo yo; creo que es la única forma de llegar al conocimiento verdadero.

 

El fin de este libro es, ante todo, difundir y compartir la técnica del sotai en España, que utilizo, con gran éxito, en mis centros y escuela, ya que hasta el momento no existe información alguna al respecto. Al mismo tiempo, pretendo crear un libro de consulta para todos aquellos profesionales, de cualquier técnica, que puedan servirse de la misma como complemento, así como para cualquier persona que quiera conocer una terapia que ayuda, de forma eficaz, en el tratamiento de muchas de las dolencias que se dan en la sociedad actual. Por último, deseo que sirva de orientación a los profesores de Shiatsu Yasuragi, Instituto Superior, en sus enseñanzas en el centro.

 

Éste es el primer libro en el que figuro como autor y, con la ayuda de mi equipo de colaboradores, será el que marque el inicio de una serie de textos sobre técnicas orientales (sotai, shiatsu, etc.) en los que iremos intentando, poco a poco, mostrar, a quienes opten por leernos, hasta dónde nos han llevado nuestras experiencias tras años de investigación. Procuraremos que cada nueva publicación supere a la anterior y todo lo que escribamos estará experimentado antes por nosotros, de modo que quienes trabajen con nuestro método obtengan auténticos resultados.

Experiencia de una técnica desconocida

 

Nuestro hijo Felipe nació hace algo más de seis años con una enfermedad rara, muy poco frecuente, llamada «osteogénesis imperfecta», cuyo principal síntoma es la fragilidad de los huesos. Hasta ahora lleva once fracturas, junto con varias fisuras y aplastamientos de vértebras. Pero no es el único síntoma: también se pueden producir deformidades de los huesos, flojedad de ligamentos, dificultades respiratorias y auditivas, etcétera.

 

Por tratarse de un problema genético, al parecer relacionado con la producción del colágeno en el cuerpo, no hay cura posible a día de hoy. Pero sí hay cosas que se pueden hacer para mejorar su condición física. Además de un tratamiento correcto de las fracturas, se pueden hacer ejercicios suaves, fisioterapia, vida sana y una dieta equilibrada. Todo esto lo hemos cuidado más o menos desde que se le diagnosticó la enfermedad a los dos meses de edad y tras cinco fracturas sufridas dentro del mismo hospital donde nació.

 

Un problema que nos rondaba la cabeza en los últimos años, y para el que no teníamos tratamiento paliativo, era la deformación de los huesos, ligamentos y músculos, cree-mos que todo ello asociado a las inmovilizaciones posteriores a las fracturas. A pesar de recibir dos sesiones de fisioterapia por semana desde que tenía año y medio, y a pesar de que habíamos conseguido logros realmente importantes en la condición física de Felipe (por ejemplo, podía andar por sí mismo pequeñas distancias), presentaba deformaciones en la cabeza, el cuello, el pecho, las manos, los pies, las piernas...

 

Hemos de decir aquí, para no confundir a quien lea estas páginas, que Felipe hacía una vida casi normal para un niño de su edad: lo escolarizamos con dos años, antes de la edad obligatoria, y actualmente acude a una escuela pública, con bastantes buenos resultados, por cierto. Se vale por sí mismo y lo único que le diferencia de los demás niños es que para él correr y saltar es un peligro en sí mismo.

 

En éstas estábamos cuando, en una fecha que no recordamos, durante la primavera del año pasado, Carmen, mi esposa, vio un reportaje en Telemadrid en el que se informaba de unas técnicas que por entonces nos parecían exóticas y que ayudaban a corregir posturas. Tomó nota del número de teléfono y así fue como contactamos con Arturo y su equipo.

 

Desde el primer momento tomaron mucho interés con el caso de Felipe. Nos dijeron que podían corregir algunas de sus deformidades, con paciencia y si nosotros ayudábamos. Fue así como comenzamos a asistir a la consulta de Arturo una vez por semana desde el pasado mes de junio y como conseguimos aprender algunos ejercicios muy simples que repetíamos en casa a diario como una rutina, una liturgia, una letanía, una ayuda.

 

También conseguimos aprender algo más difícil aún, tres palabras clave: sotai, Yasuragi y shiatsu.

 

Sorprendentemente, a las pocas semanas de tratamiento las piernas de Felipe, ya desiguales por entonces, comenzaron a igualarse; empezó a aflojar el cuello y a mirar de frente, la cabeza empezó a redondearse (tenía un aplastamiento lateral). Y digo sorprendentemente porque, a pesar del buen hacer de esta gente, me parece que ni ellos pensaban obtener resultados en tan poco tiempo. Tengo la impresión de que estaban muy seguros del largo plazo, pero no tanto del corto.

 

En unos meses la mejora era evidente. Los casi dos centímetros de diferencia entre una pierna y la otra parecían haberse reducido a cero. No es fácil medir esto, pero era claro. Su tono general era mucho mejor y miraba definitivamente de frente. Y seguíamos con la fisioterapia y la piscina, que sabemos que ayudan. Y mucho.

 

No recuerdo cuándo fue que, hablando con Arturo, salió el tema de que se constipaba con facilidad y era por un déficit diagnosticado de alguna de las defensas del cuerpo, en principio no relacionado con ninguna otra cosa. Nos dijo que ciertos masajes podían ayudar y se puso a ello. El invierno siguiente apenas se constipó. Es cierto que por indicación de sus médicos fue vacunado. No me importa qué le ayudó más: sé que ambas cosas fueron determinantes.

 

El pasado diciembre tuvimos la mala fortuna de pasar las Navidades en el hospital por una fractura de fémur. Felipe fue operado para ponerle una varilla por dentro del hueso para reforzarlo, y eso nos llevó a un mes de hospitalización, otro más de reposo y varios de recuperación. Tuvimos que dejar de visitar a Arturo.

 

A día de hoy Felipe está algo deforme, pero menos que antes de conocer estas técnicas. Ha conseguido volver a andar pequeñas distancias y tener un tono muscular regular gracias al trabajo de todos, pero sobre todo a su propio esfuerzo. El período ha sido largo porque se presentaron algunas complicaciones: fractura de dedo, aplastamiento lumbar, etcétera.

 

Seguimos haciendo los ejercicios recomendados casi a diario y esperamos volver a ver a Arturo en cuanto pase esta racha.

 

No sabemos en concreto qué nos traerá el futuro porque con este tipo de enfermedades hay que vivir al día. Cualquier golpe te puede dejar meses en la cama, sin escribir o sin andar...

 

Pero aparte de tropiezos y altibajos, sí creemos saber lo que va a ser, de forma genérica. Felipe es un niño inteligente y bueno. Creemos que será una buena persona en su vida adulta y que se podrá valer más o menos por sí mismo. Y eso será en parte gracias a su propio esfuerzo, en parte gracias a sus médicos, en parte gracias a las horas y horas de terapia y en parte también, gracias a Arturo, el sotai, Yasuragi, y el shiatsu.

 

J. Felipe Mateos D.

Sotai: su eficacia en el tratamiento de la escoliosis

 

 

 

La escoliosis es una deformidad de la columna vertebral en la que ésta presenta desviaciones patológicas en sentido lateral.

 

Puede existir sola o asociada a otras desviaciones de la columna (cifosis y lordosis). Suele ser secundaria a tracciones irregulares de tipo mecánico, vicios de posición, insuficiencia de la musculatura paravertebral o acortamiento de la misma, y en casos muy acusados a lesiones de una o varias vértebras, que modifican sensiblemente la dirección del eje esquelético de la columna. Puede ser también originada por deformidades de las extremidades inferiores, que basculan y/o inclinan la pelvis y obligan a buscar nuevas líneas de equilibrio. La localización anatómica de la escoliosis puede ser cervical, dorsal, cervicodorsal, lumbar, dorsolumbar y lumbosacra.

 

Se pueden encontrar dos tipos de escoliosis:

 

•  Estructural: tiene una curva fija que no se corrige en la inclinación lateral.

•  Funcional: la curva se corrige con la inclinación lateral; puede ser transitoria o persistente.

 

 

Mejora de la escoliosis en una paciente tratada con sotai

 

Una paciente de trece años de edad acude al traumatólogo porque padece fuertes dolores de espalda y éste, después de ver la radiografía, le diagnostica escoliosis funcional y como tratamiento le recomienda fortalecer las zonas abdominal y lumbar.

 

Tras ocho meses con este tratamiento, la paciente no sintió alivio, así que volvió al médico y le realizaron una segunda radiografía, en la cual se observó un notorio empeoramiento de la escoliosis. Al no darle una solución, su madre decidió llevarla a la consulta de shiatsu y sotai Yasuragi.

 

Tras observar las pruebas clínicas y radiológicas, valorar los diagnósticos previos y evaluar la postura y movilidad de la columna, pasamos a realizar un tratamiento combinado de shiatsu y sotai. Al finalizar la sesión, la paciente manifiesta un gran alivio y verificamos que realmente ha mejorado la postura y ha ganado movilidad; consideramos entonces recomendable que acuda a una de nuestras consultas una vez por semana durante dos o tres meses, pero la paciente está en período escolar y con una carga de responsabilidades importantes, por lo que no puede acudir con regularidad a nuestra consulta. Ante este contratiempo decidimos que al menos realice los ejercicios básicos en su casa todos los días al levantarse.