Piensa como un genio

Del ingenio a la genialidad

 

Juan Prego

 

Con la colaboración especial de Saida Santana

Primera edición en esta colección: octubre de 2012

© Juan Prego, 2012
 © de la presente edición: Plataforma Editorial, 2012

Plataforma Editorial

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Idea de portada:
 Adriana Alonzo

Diseñador de portada:
 Jose Da Rocha

Cubierta:

Lucía Casado

Infografías de cada Genio:
 José Corujeira

Depósito Legal:  B. 28.916-2012

ISBN EPUB:  978-84-15750-02-4

Contenido

Portadilla

Créditos

 

Preámbulo

Introducción

Piensa como un genio

1. Del ingenio a la genialidad

2. Barreras a la creatividad

3. Crear al genio: cinco requisitos previos

4. La magia de nuestro cerebro

Los genios

1. Thomas Alva Edison

2. Leonardo da Vinci

3. Galileo Galilei

4. Albert Einstein

5. Charles Darwin

6. David Bohm

7. Pequeños grandes genios

Palabras finales

Pensando sobre el pensamiento, escribiendo sobre la escritura

Agradecimientos

Sobre los autores

La opinión del lector

Otros títulos de la colección

Vivir sin jefe

 

 

 

 

Puede que usted se esté preguntando: «¿Es realmente posible convertirse en un genio? ¿Se puede realmente “cambiar” la forma de pensar o es un atributo de nuestro ADN y nuestras características innatas?».

 

Permanentemente nos encontramos con personas en nuestros talleres que afirman que «no son creativas» o que «ya son demasiado mayores para cambiar».

 

Tal vez le interese recorrer las siguientes páginas sobre las sorprendentes capacidades de nuestro cerebro.

Introducción

 

Todo empezó en un taller de negociación. Por aquel entonces yo había dejado hacía unos años el mundo de la publicidad para buscar nuevos retos profesionales que me devolvieran la pasión por el trabajo, me encontraba recién llegado de China, donde tuve la suerte de residir un año y medio, y trabajaba para una pequeña consultoría de Madrid que se dedicaba a la formación y desarrollo de personas, un sector que desconocía pero del cual me enamoré desde el primer día que lo conocí.

Tras varios años como directivo, con la experiencia de haber negociado acuerdos de cientos de miles de dólares en diferentes países, el taller que debía impartir se me antojaba fácil: enseñar a un grupo de directivos del sector de la automoción a negociar mejor con sus proveedores.

Era el momento de realizar uno de los ejercicios del taller, un problema clásico que me sorprende que todavía siga enseñándose en la mayoría de los talleres de negociación en España.

El caso es bastante simple, tiene solo dos partes con un objetivo muy similar. El taller se divide en grupos de tres personas, una de ellas hace de observador, otra representa al doctor Roldán y la tercera representa al doctor Salas. Se le entregan los papeles con la información de la negociación a cada parte como se enuncia a continuación. Si al lector le apetece, en vez de leer todo el ejercicio, puede entregarle una parte a otra persona para realizar la negociación antes de seguir leyendo.

 

Papel del Dr. Roldán

Usted es el Dr. Roldán, un prestigioso investigador científico de una empresa farmacéutica. Esta compañía tiene un contrato con el Gobierno para desarrollar métodos de almacenaje y entierro de residuos nocivos para la salud mundial.

Recientemente algunas bombas de gas han sido transportadas a una pequeña isla del Atlántico y en el trayecto dos de estas bombas tuvieron pérdidas que los científicos del Gobierno tienen controladas, pero calculan que en plazo de dos semanas este gas entrará en contacto con la atmósfera. Estos científicos no conocen ningún método para que el gas, una vez en la atmósfera no se expanda hacia otras islas e incluso hacia las costas de Europa o América. Si esto sucediera, probablemente cientos de personas sufrirían daños cerebrales e incluso podría provocar la muerte.

Usted ha desarrollado un vapor sintético que neutraliza los efectos de este gas si se inyecta a la cámara de la bomba antes de que este salga al exterior. Este vapor ha sido fabricado con una fórmula química cuyo componente principal se extrae de la piel de las naranjas bordas, una fruta poco común. Este año tan solo se han recolectado en todo el mundo 4.000 unidades.

El Sr. Malagarriga, un exportador de frutas, le ha informado que él tiene 3.000 naranjas bordas, las cuales serán suficientes para neutralizar el gas si el preparado se desarrolla e inyecta correctamente. También ha podido saber que el Dr. Salas está buscando urgentemente 3.000 naranjas, ya que el Sr. Malagarriga se las ha intentado vender. El Dr. Salas trabaja en una empresa altamente competitiva, con la cual ustedes ya han tenido algún contencioso legal a causa del espionaje industrial.

El Gobierno ha pedido ayuda a su empresa y esta le ha autorizado a ponerse en contacto con el Sr. Malagarriga para adquirir las 3.000 naranjas. Usted sabe que el exportador venderá a quien le presente la mejor oferta, y su empresa le ha proporcionado hasta 18.000 euros para conseguir las naranjas.

Pero antes de hablar con el exportador usted tiene que negociar con el Dr. Salas para que no le impida adquirir las naranjas.

 

Papel del Dr. Salas

Usted es el Dr. Salas, un investigador químico que trabaja para una prestigiosa empresa farmacéutica. Recientemente ha desarrollado un producto sintético que sirve para prevenir y desarrollar la rubéola. Esta enfermedad la contraen las mujeres embarazadas. Si enferman durante las cuatro primeras semanas del embarazo, el feto puede tener serios daños en el cerebro, ojos y oídos.

Últimamente en el país ha habido un incremento importante de esta enfermedad. Por tal motivo usted ha estado trabajando con pacientes voluntarias para desarrollar un suero curativo de la rubéola en sus fases iniciales. Desafortunadamente, el suero se fabrica a partir del jugo de una especie de naranjas bordas, unas naranjas muy escasas. Solamente una pequeña cantidad de esta fruta (unas 4.000 unidades) se han podido recolectar este año. Hasta la próxima temporada no habrá más naranjas disponibles, pero entonces ya será demasiado tarde para curar a las víctimas actuales. Usted ha podido demostrar que el suero que ha sintetizado no tiene efectos secundarios. Su empresa dispone de la patente de este suero y esperan que sea un producto muy rentable cuando se ponga a la venta.

Recientemente le ha llegado información de que el Sr. Malagarriga, un exportador de fruta, dispone de unas 3.000 naranjas en buen estado. Si usted las pudiera conseguir, podría curar a las víctimas actuales y proveerse de suficiente cantidad para inocular a otras mujeres.

También ha podido saber que el Dr. Torres está, igual que usted, buscando urgentemente naranjas bordas y también está informado de que el Sr. Malagarriga dispone de 3.000 naranjas. El Dr. Torres trabaja en una empresa farmacéutica de la competencia. Desde hace algunos años ha habido entre ambas compañías bastantes casos de espionaje industrial. Su empresa y la del Dr. Torres han mantenido varios contenciosos sobre este tema. Usted está autorizado por su empresa a contactar con el Sr. Malagarriga con el objetivo de adquirir las 3.000 naranjas. El exportador las venderá a quien le presente la mejor oferta. Usted tiene hasta 18.000 euros para adquirirlas.

Pero antes de ponerse en contacto con el Sr. Malagarriga usted ha decidido negociar con el Sr. Torres, con quien tiene una entrevista dentro de breves instantes, para conseguir que no le impida a usted adquirir las naranjas.

Cuando la consultora me presentó el caso por primera vez, debo admitir que fui bastante reacio a utilizarlo. Mi opinión era que el ejercicio era demasiado fácil para un grupo de directivos con el nivel de experiencia que tenían mis alumnos, y que era mejor cambiarlo por un reto más exigente.

A pesar de mis dudas decidimos mantener el problema en el programa.

La solución a este problema de negociación es extremadamente sencilla, y para mi asombro, pasados los primeros quince minutos, ningún grupo parecía ni siquiera estar cerca de encontrar una solución. Los participantes utilizaban la mayor parte del tiempo en discutir y en amedrentar a la otra parte sin llegar a un acuerdo. Al terminar el ejercicio la cantidad de grupos que había llegado a un acuerdo fue… ¡CERO! Me parecía verdaderamente imposible.

Más adelante realizaría el mismo ejercicio con directivos de otras empresas y obtendría los mismos resultados,

¿Cómo era posible que los grupos no vieran una solución tan evidente?

Fue entonces cuando presté verdadera atención a una diapositiva que solía proyectar antes y después del caso. La imagen decía en letras grandes, remarcadas y subrayadas:

 

«LA HABILIDAD DE GENERAR ALTERNATIVAS
 ES EL BIEN MÁS PRECIADO
 DE UN NEGOCIADOR EFICAZ».

 

¿Es que los participantes no habían prestado atención en ese momento? ¡Si les estábamos diciendo que debían generar alternativas!

No importa cuánto resaltara este punto en los talleres, una y otra vez los grupos se dedicaban a discutir, a competir, a «tirar de la cuerda» y casi nunca a generar alternativas.

A lo largo del taller se trabajaban varias habilidades, pero no podía apreciar ninguna mejora en este campo específico: la generación de alternativas.

Fue entonces cuando empecé a indagar qué había «afuera» sobre este tema, y descubrí un mundo de autores, herramientas y escuelas. A medida que iba investigando, lograba poner nombre a cosas que yo hacía de manera natural, pero sin conciencia muchas veces de qué era lo que estaba haciendo. Con lo cual a menudo era difícil repetir el éxito obtenido, dado que no era consciente de cómo había llegado a obtenerlo.

Después de formarme con algunos de los autores más prestigiosos, indagar en prácticamente toda la literatura que existía, estudiar y examinarme en algunas de las metodologías que me parecieron más interesantes, comencé a incluir mis aprendizajes en los talleres que impartía con resultados asombrosos.

Los participantes no solo encontraban la solución al problema, sino que llegaban a soluciones extraordinarias que iban mucho más allá de limitarse a los roles que estaban en el papel.

Durante muchos años creí que la creatividad era más bien un don de la persona, algo con lo que uno podía nacer o no. En mi empresa había «creativos» y «gente de operaciones». Las ideas se esperaban de los creativos, no de aquellos que realizaban las mismas tareas, de la misma forma, una y otra vez.

A raíz de los talleres vi como cualquier persona, aplicando unas simples técnicas, podía convertirse en «creativa», y generar todo tipo de ideas alucinantes para resolver problemas aparentemente complejos.

Esto cambió completamente mi percepción de la creatividad. Si podía enseñarse, y podía mejorarse, entonces no podía ser un don, tenía que ser una habilidad. Descubrí, gracias a esto, la gran cantidad de prejuicios que hay acerca de la creatividad y las personas creativas, y también sobre aquellas que creen que no lo son.

Tras esta experiencia decidí dedicar todo mi tiempo a este campo, y durante estos años he ayudado a ser más creativas a más de diez mil personas en más de trescientas organizaciones de todo el mundo. Los casos de éxito de las personas que asisten a los talleres y seminarios son abrumadores, desde directores de compañías multinacionales hasta pequeños emprendedores rurales. Todos pueden ser más creativos.

Pero ¿qué significa ser más creativo?

Ser más creativo significa ser capaz de generar ideas originales, que aporten valor. El foco no está en la diferencia, en lo original, sino en el valor que esta originalidad puede aportar. Esta definición tiene tres claves fundamentales:

HABILIDAD: se puede aprender y se puede mejorar.

 

ORIGINALIDAD: ser creativo no es copiar y pegar.

 

VALOR: siempre mediremos la creatividad de acuerdo con el valor que aporte a nuestro reto.

 

HABILIDAD

X

ORIGINALIDAD

X

VALOR

 

Hace unos años un alto directivo de una empresa internacional me pidió que dictara una conferencia para los más altos cargos de su directiva. En la agenda de ponentes había personalidades de todo el mundo y me pidió que eligiera, de entre las más de sesenta y cinco técnicas que solíamos enseñar, aquellas que fueran las verdaderamente más importantes.

Este reto me planteaba, sobre todo, dos problemas fundamentales:

 

1. Si todas las técnicas eran interesantes, y habían producido resultados con un cliente u otro, ¿con qué criterio podía elegir aquellas que se «distinguían» de las demás?
2. ¿Cómo podía hacer una conferencia que fuera realmente útil, sabiendo que, sin la aplicación práctica, pedir a los demás que fueran más creativos simplemente no era suficiente para mejorar su capacidad de creación?

 

Fue justamente de este reto de donde nació una conferencia única que he tenido la oportunidad de impartir por toda España.

Para la primera pregunta, «¿cómo podía elegir las técnicas más importantes de entre todas las disponibles?», decidí que el pasado podía servirme para diseñar un futuro mejor. Durante mis talleres suelo decir que tal vez no te puedas convertir en el «Nadal» de la creatividad, pero que personas como Rafa Nadal nacen una vez cada muchos años, y que sí que era posible entrenar lo suficiente para «jugar en primera». Cualquier jugador de tenis entiende que el entrenamiento y la práctica es la base para mejorar su habilidad, y que incluso Rafa Nadal no sería el campeón que es sin un correcto entrenamiento de su cuerpo y su mente.

Esto me llevó a una reflexión interesante: ¿quiénes eran los Nadal, los Federer o los Boris Becker de la creatividad? ¿Y cuáles eran las técnicas que estos genios habían utilizado?

La investigación me llevó a elegir algunos de los personajes más relevantes de nuestra historia, sabiendo que necesariamente dejaba fuera a muchos otros.

Estos personajes no solo destacan por la calidad de su pensamiento y sus ideas, sino por cuán claro queda –a través de sus biografías e inventos– cuáles fueron las estrategias de pensamiento que los ayudaron a crear sus maravillosas invenciones.

Este criterio fue fundamental y determinante: si queríamos generar ideas geniales, primero debíamos indagar cómo pensaban los genios de la historia.

Ninguno de estos genios se había sentado en una piedra a esperar la inspiración, todos habían generado decenas, si no cientos de innovaciones a lo largo de su vida. Y esto convertía su capacidad en algo que iba más allá de la pura inspiración o influencia de sus genes, es decir, en la aplicación sistemática de formas de pensar y actuar que podían producir resultados extraordinarios una y otra vez.

La pregunta se me antojaba más que interesante: ¿podríamos, a través del desarrollo sostenido de una habilidad, convertir a una persona normal en un verdadero genio? Todavía no sé la respuesta a esta pregunta, pero puedo asegurar algo: 1. Rafa Nadal no descubrió lo bien que jugaba al tenis hasta que comenzó a entrenar y practicar de forma seria y sistemática: ¿usted practica y entrena de forma sistemática su creatividad? Y 2. Tal vez no llegue a jugar nunca como Rafa Nadal, pero nada le impedirá competir en las grandes ligas de la creatividad.

Con la primera pregunta resuelta, aún quedaba un tema por resolver: habiendo vivido en primera persona lo inútil e ineficaz que resulta pedirle a alguien que «sea más creativo» o que «genere alternativas» sin darle las herramientas adecuadas, ¿cómo iba a desarrollar la habilidad creativa de los asistentes a la conferencia si solo me limitaba a hablar y ellos a escuchar?

Esto era un problema «imposible». Hablar y leer sobre creatividad es tan inútil para desarrollar la creatividad como lo es leer un manual sobre aviación y luego esperar se capaz de pilotar un F-18.

Sin práctica es simplemente imposible adquirir la habilidad necesaria.

Vivimos en el mundo de la información, del saber. Pero por más información que acumulamos día a día, nuestros niveles de habilidad no cambian. Debemos trabajar el «saber hacer». Herramientas prácticas que nos permitan convertir el conocimiento en habilidad y la habilidad en resultados concretos.

Entonces decidí que durante la conferencia entregaría materiales a todos los participantes, y desarrollaríamos un ejercicio para cada genio que íbamos a mencionar.

Cuando le expliqué a mi cliente cómo iba a ser mi conferencia, este al principio se asustó un poco. Esperaba algo más «normal» que un individuo hablando de genios de la historia e invitando cada pocos minutos a toda la audiencia a comprobar lo que estaba diciendo con ejercicios.

Finalmente se animó a correr el riesgo, amparado en el éxito de iniciativas pasadas en las que también le había propuesto cambios atrevidos.

El seminario fue todo un éxito y no tardaron en llegar invitaciones de otras empresas e instituciones que querían pasar por él.

Los participantes salían encantados, llenos de ideas y muy motivados, y una pregunta empezó a repetirse y repetirse: ¿dónde podemos profundizar más o continuar investigando estos temas?

De esta pregunta nace este libro.

En 2011 conocí a Saida Santana, presentadora, actriz y guionista. Al hablarle sobre este tema se apasiona y comienza la enorme labor de transcribir el seminario y darle forma de libro a todos los aprendizajes contenidos en él. El libro es este que hoy usted, leºctor, tiene en sus manos.

Este libro también plantea el reto: ¿cómo es posible escribir un libro que vaya más allá del conocimiento, que desarrolle verdaderamente la habilidad creativa del lector?

Es por esta pregunta por lo que Piensa como un genio no es un libro al uso, no es solo de lectura. Es un libro que le invita a practicar nuevas formas de pensar, sentir y actuar ante sus retos cotidianos.

Ahora bien, el libro no está solo. En la página web www.piensacomoungenio.com podrá descargar las plantillas de todos los ejercicios que le sugerimos, además de conectar con toda la comunidad de lectores y de realizar tests y juegos que le ayudarán a mejorar su habilidad.

También podrá descargarse la aplicación para móviles de «piensa como un genio» para poder practicar en sus ratos libres y llevar siempre los aprendizajes y técnicas con usted.

En esta introducción he querido compartir, antes de empezar, las preguntas que guiaron la creación de ideas innovadoras materializadas en este libro.

Espero que su lectura genere en usted preguntas interesantes, que le guíen en la creación de nuevas soluciones y respuestas a sus retos. El camino para pensar como un genio les puede parecer a algunos más largo que a otros, pero recuerde que todos los caminos comienzan de la misma forma: con un paso.

Usted puede ser más creativo, y todo lo que necesita para lograrlo está en este momento en sus manos.

PIENSA COMO UN GENIO

 

1. Del ingenio a la genialidad

 

A lo largo de estas páginas ahondaremos en las técnicas que lograrán que usted desarrolle el pensamiento creativo de forma fácil y práctica. Recorreremos el pensamiento de grandes genios, y aplicaremos ejercicios que le acercarán a crear soluciones realmente innovadoras.

Como la creatividad es una habilidad, y como toda habilidad requiere práctica, pensamos que la mejor forma de comenzar este libro es con un ejercicio.

Le propongo que ahora mismo, con los tres primeros objetos que tenga más próximos, cree un nuevo invento. Para ello tiene cinco minutos.

Por ejemplo, los tres objetos que tengo ahora mismo en mi mesa mientras escribo estas páginas son:

 

1. Un móvil
2. El mando del aire acondicionado
3. Un reloj

 

Combinando estos tres inventos se me ocurre que podría desarrollar una aplicación para el móvil que permita controlar los aparatos eléctricos de mi casa midiendo el impacto de CO2 que tienen en el ambiente, la electricidad que consumen en tiempo real y el tiempo de vida útil de las piezas que requieren reemplazo.

Es una idea posible y que ha surgido solo en unos segundos.

Ahora es su turno: ¿cuáles son los tres objetos que tiene delante, y cómo podría combinarlos para crear una nueva idea?

Tiene cinco minutos (use un cronómetro).

¡Tiempo!

¿Qué tal le ha ido?

Tal vez le haya sucedido una de estas cuatro cosas:

 

1. Que no haya hecho el ejercicio: malas noticias.

2. Que no haya inventado nada: no se desespere.

3. Que la idea que creó ya exista: no es grave.

4. Que haya generado una idea original: no está mal, pero…

 

1. QUE NO HAYA HECHO EL EJERCICIO. Hay una gran cantidad de razones (excusas) y motivos (justificaciones) por las cuales usted puede no haber realizado el ejercicio: no tiene dónde apuntar, no encuentra objetos delante, no le apetece, quiere ver si es interesante lo que sigue antes de decidir hacerlo, ya conoce un ejercicio similar, le parece una tontería, etc.

Tenemos malas noticias para usted: su cerebro sigue exactamente igual. Una de las características más importantes de las personas creativas es la habilidad de conectar cosas aparentemente inconexas, pero mucho más importante que esto es la dedicación y el esfuerzo por mejorar sus habilidades de pensamiento.

Si usted quiere aumentar su conocimiento puede leer este libro y saltearse todos los ejercicios; aprenderá cosas entretenidas y útiles, sin duda, lo disfrutará.

Pero si lo que realmente busca es mejorar sus habilidades, resolver de forma más innovadora los crecientes retos que se le presentan o simplemente ver la vida de una manera más creativa y positiva, no podrá conseguirlo solamente leyendo. Es por eso por lo que hemos incluido una gran serie de ejercicios. No se preocupe por los resultados, no pasa absolutamente nada si no le salen a la primera. Así como debemos practicar muchas veces un golpe de tenis, también es importante practicar una y otra vez estos ejercicios.

La práctica en el tenis aumenta la capacidad para que la bola supere la red y llegue al objetivo deseado. De la misma forma, la práctica de estos ejercicios hará que sus ideas superen las barreras con las que se encuentran y consigan aquello que usted realmente quiere conseguir.

 

2. QUE NO HAYA INVENTADO NADA. No se desespere, reflexione cuántas veces antes le han puesto frente a problemas como el anterior. Cuántas veces en su escuela, universidad o trabajo le han ayudado a ser más creativo. Esto es lo normal. A veces cuando nos cuesta conectar cosas aparentemente inconexas también nos es difícil afrontar cambios y por eso tendemos a sentirnos más cómodos en entornos controlados o rutinarios, donde puede preverse con facilidad qué va a pasar. Por otro lado, los entornos de rápido cambio e impredecibles pueden ser incómodos para este tipo de personas, ya que obligan a conectar situaciones nuevas con una experiencia en otro campo. En estos entornos cambiantes a una velocidad de vértigo estas personas encontrarán una gran herramienta en los aprendizajes vertidos en este libro.

Al comprar este libro, usted ya ha dado el primer paso para alcanzar la meta de ser más creativo, y a lo largo de las páginas y los ejercicios irá recorriendo los siguientes pasos que le llevarán a un nuevo destino más creativo e innovador.

 

3. QUE SE LA HAYAN OCURRIDO COSAS QUE YA EXISTEN. No es grave. En la mayoría de los casos esto significa que usted para buscar soluciones utiliza un método de pensamiento basado en la experiencia y el conocimiento. El problema con este tipo de pensamiento es que, si bien es eficiente para encontrar soluciones a problemas que ya han sido solucionados, poco puede hacer ante retos completamente nuevos, ya que todo su funcionamiento se basa en cosas que han sucedido o que ha aprendido, y la creatividad es justamente lo opuesto, es diseñar y crear el futuro sin las ataduras de la tradición.

Durante el Mundial de Sudáfrica 2010 muchos analistas expertos predijeron que la final sería Brasil-Argentina, y que Brasil se impondría y ganaría el campeonato.

Nada más lejos de la verdad. Sin embargo, hubo alguien que logró predecir el resultado del 100% de los enfrentamientos con exactitud. Si hubiésemos apostado siguiendo sus indicaciones, podríamos haber ganado mucho dinero. ¿Sabe de quién estoy hablando?

No es extraño que utilicemos esta forma de pensar, así nos han entrenado a lo largo de toda nuestra vida. Pero el ejemplo del pulpo Paul nos muestra lo absolutamente ineficaz que es esta forma de pensamiento para predecir o diseñar el futuro.

El sistema educativo, poniendo énfasis en la memoria y no en el pensamiento creativo, la originalidad o el diseño de futuro, nos ha entrenado durante años para que busquemos UNA solución correcta, la cual se encuentra en el PASADO o en los CONOCIMIENTOS; en el mejor de los casos, en aplicar conocimientos pasados a un problema presente de una forma lógica. Pero rara vez estaba en aplicar combinaciones inesperadas para crear el futuro.

El hecho de hacer hincapié en el «bolígrafo rojo», junto con las limitaciones de las tareas, mina la confianza de los niños para probar nuevas alternativas y busca la repetición de patrones más seguros y conocidos.

Además es un sistema que valora en exceso el pensamiento analítico, convergente y lógico, predominante en la sociedad occidental.

 

ANÁLISIS: porque descompone el todo en partes, para estudiar cada parte por separado.

CONVERGENTE: porque busca filtrar rápidamente y descartar la cantidad en preferencia por la calidad.

LÓGICO: porque se basa en la argumentación y evita que cosas «sin sentido aparente» o fuera de la lógica convencional puedan expresarse.

 

Esta forma de pensar es opuesta a las aproximaciones más eficaces de la creatividad que suelen basarse en la síntesis, la divergencia y el pensamiento lateral.

 

SÍNTESIS: porque busca soluciones sistémicas que vayan más allá de la parte funcional.

DIVERGENTE: porque entiende la cantidad como una forma de llegar a mejor calidad.

LATERAL: porque utiliza aproximaciones no convencionales para lograr generar ideas originales.

 

La sociedad actual a través de la educación fomenta presupuestos tales como que todo debe tener utilidad, todo debe funcionar, todo debe tener sentido al instante o ser descartado, no debemos soñar despiertos, no nos podemos desviar de las normas impuestas por la cultura ni tolerar la ambigüedad y la incertidumbre.[1]

Si desde los primeros años fomentamos la creencia, algo platónica, de que para cada problema hay UNA respuesta correcta, también estamos alimentando la suposición de que todas las demás posibilidades son un error.

Las organizaciones no son más que una extensión de nuestra educación y lo que aprendemos tanto en la escuela como en casa. En realidad, la educación –con unas profundas bases en la Revolución Industrial que necesitaba trabajadores cualificados para cubrir la enorme demanda de los nuevos bienes industrializados– es la que nos prepara para el mundo del trabajo y, en esa medida, no es de extrañar que funcionemos en nuestras organizaciones, tal y como nos han enseñado. Aplicamos el mismo patrón con el que fuimos educados. Buscamos la respuesta correcta evitando cualquier tipo de riesgo a la hora de hallar soluciones a un problema, a menos que no quede otra alternativa. Este modelo basado en el modelo industrial del siglo XX, en la producción «en serie» de trabajadores para ocupar puestos de trabajo que requieren de esa calificación, es lo contrario a la expresión del talento y la creatividad individual, y sin duda es una formación que no nos prepara para los grandes retos que vivimos y experimentaremos en el siglo XXI.

 

4. QUE HAYA INVENTADO ALGO ORIGINAL.

Entonces… ¿qué diferencia a un genio de una persona corriente?

La persona corriente puede poseer cierto grado de ingenio: la capacidad de generar ideas e invenciones con prontitud y facilidad. Pero el genio es capaz de generar cosas originales que son realmente admirables una y otra vez.

Esa capacidad no solo para producir un gran invento, sino para generar ideas nuevas y admirables de forma sistemática, es la piedra angular de la ventaja competitiva de cualquier compañía actual.

Los líderes en el siglo XXI serán aquellos que sepan capitalizar el talento de sus equipos, generando sistemáticamente ideas traducibles a productos, servicios, procesos, gestión, y a todas las ramas de su actividad.

Pero…

… si las ideas son tan importantes para el liderazgo personal, profesional y corporativo, si son las ideas las que han transformado una y otra vez nuestra sociedad y nuestra forma de comprender e interactuar en el mundo…,

… entonces…

… ¿de dónde vienen las grandes ideas?

¿Es posible desarrollar un tipo de habilidad que permita a individuos y equipos generar ideas extraordinarias de forma constante?

Antes de responder a esta pregunta, tal vez sea interesante analizar las barreras que tenemos que superar para poder expresar toda nuestra creatividad y nuestro talento innovador.

 

1. Alencar, E. M. L. S., ponencia presentada en el Congreso Internacional de Superdotación en Portugal en octubre de 1996, A gerência da criatividade, São Paulo, Makron Books, 1996.